Una especie animal declarada extinta en Uruguay fue recuperada y casi 100 ejemplares fueron liberados al medio silvestre a partir de la coordinación entre una reserva privada y la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama – Mvotma). Esto constituye un nuevo avance en la Estrategia Nacional de Biodiversidad y la conservación de especies amenazadas a nivel nacional.
La especie Pecari tajacu, comúnmente conocida como pecarí, es un ungulado emparentado con la familia de los cerdos. Se trata de una especie nativa que actualmente, es considerada como extinta en Uruguay, por lo que está incluido en la Lista de Especies Prioritarias para la Conservación.
Estos animales, que habitaban particularmente las zonas litoral y Este de nuestro país, fue considerada prácticamente extinta desde principios del siglo XX. Y unos pocos ejemplares se mantuvieron en reservas.
Cien años después de su desaparición, en un esfuerzo conjunto entre la Dirección Nacional de Medio Ambiente y el bioparque M´Bopicuá (de la empresa Montes del Plata), a través del “Proyecto de Reintroducción Experimental del Pecarí de Collar en Uruguay”, se ha dado un importante paso para el restablecimiento de la especie, con la reintroducción en el medio silvestre de 100 ejemplares provenientes del bioparque.
Esta reintroducción requirió de un estudio exhaustivo atendiendo aspectos genéticos, sanitarios, alimenticios y hábitat de una especie extinta en Uruguay, así como el desarrollo de un plan de monitoreo de la adaptación de estos animales al medio.
Para Ana Laura Mello, jefa del Departamento de Control de Especies y Bioseguridad de Dinama, “Esto constituye un avance verdaderamente significativo en los esfuerzos de conservación de la biodiversidad en nuestro país, y en particular de las especies amenazadas, tal como lo establece la Meta Nacional 12 de la Estrategia Nacional de Biodiversidad”, que establece que “para 2020, se habrán implementado a través de distintas herramientas institucionales y normativas acciones para evitar la extinción y disminución de las especies amenazadas identificadas como prioritarias para la conservación, priorizando las que se encuentran en estado más crítico”.
“Estamos convencidos de que a partir de este y otros esfuerzos, el pecarí podrá finalmente, soñar con volver”, indica Mello.
Por su parte, Juan Villalba Macías, coordinador del bioparque M´Bopicuá, señaló “esto significó un hito muy importante, se trata de un proyecto ideado hace 17 años, cuando se inició el bioparque, básicamente para mejorar las condiciones en algunas especies y poder reintroducir al medio natural especies en extinción”.
Villalba relató que para la reintroduccción se realizó un proceso de adaptación al medio natural que implicó entre otras cosas que incorporarán a su alimentación alimentos naturales como frutas de la palmera Yatay, propia de la región y algunas otras plantas y frutos nativos que forman parte de su dieta natural.
Luego de esta primera etapa de reintroducción, viene una etapa de seguimiento y evaluación del retorno de estas especie a su medio. “Confiamos que en pocos años el pecarí vuelva a ocupar el lugar que tenía a nuestra fauna autóctona, que como toda especie cumple un rol importante en el ambiente natural”, señaló el coordinador del bioparque.
Para Villalba “Es importante hacer la precisión de que estos animales, a pesar de su semejanza a los jabalíes no tienen nada que ver con estos. Se pueden reconocer porque son bastante más pequeños y no representan ningún riesgo para la fauna autóctona ni los animales domésticos, son animales herbívoros.”
Conocer al Pecarí
Habita pastizales abiertos pero también bosques dado que necesita una cierta cobertura arbórea o arbustiva para refugio y alimento. Pesan entre 30 y 40 kilo, son herbívoros y su dieta es amplia pudiendo estar compuesta por frutos, hojas, y tubérculos. Es un animal sociable que vive en grupos de 2 a 30 individuos.
El pecarí cumple diversas funciones en el ecosistema, mientras busca alimento, aérea y remueve el suelo, por tal razón se lo conoce como el “animal que hace senderos a través del bosque”. Al alimentarse de frutos, el pecarí es también es un dispersor de semillas, jugando un importante rol en los ecosistemas que habita.