Si estamos imaginado el Carmelo del 2030, invito primero a mirar al 2012.
El 21 y 22 de junio de 2012, hace cinco años quedaba formado el «Comité de Integración Tigre – Carmelo», en una reunión en dos jornadas donde participaron funcionarios de las cancillerías de Uruguay y Argentina, autoridades departamentales y locales. Cinco años pasaron y de los temas tratados no hay novedades.
En aquella oportunidad se formaron cuatro comisiones de trabajo, la primera denominada “de Facilitación Fronteriza”, la segunda de “Infraestructura”, la tercera “de Comercio y Producción” y la última de Cooperación y Políticas Sociales.
En una carpeta quedaron todos los temas tratados: la lista es larga: incluye el Dragado del Canal Isla Sola, la reapertura del río San Juan permitiéndose el fondeadero y tránsito. La construcción de un nuevo edificio de arribos y de partidas. El cambio de los costos de amarre. El análisis del cambio de ubicación del puerto local. El cercado perimetral del puerto comercial, entre otros temas.
En aquella oportunidad desde la Dirección de Asuntos Limítrofes se dijo que habría una segunda reunión «como devolución de temas» en Tigre (Argentina).
Nunca se concretó.
Nadie siguió los temas. Tampoco se preocuparon por conocer el silencio de Cancillería en algo que se presentó con bombos y platillos y fue literalmente abandonado.
La realidad indica que no somos serios con la cosa pública. Cualquiera organiza una reunión, un congreso, un foro, incluso un Consejo de Ministros. Pero nada cambia.
La realidad es una siesta o lo que es más triste: peor.
Elio García Clavijo