A la Universidad de la República le falta presupuesto para desembarcar en nuestra región

Marcel Achkar presidente de la Comisión Coordinadora del Interior. Foto: Richard Paiva

A poco tiempo de asumir la presidencia de la Comisión Coordinadora del Interior (CCI), Marcel Achkar conversó con el Portal de la Udelar sobre las fortalezas y debilidades del proceso de descentralización, y defendió la calidad de la enseñanza pública terciaria en los servicios del interior, porque «se demostró que la Universidad llegó a esas regiones para quedarse y se generó la confianza de la sociedad local».

Achkar es Doctor en Ciencias Agronómicas (INP-ENSAT, Toulouse, Francia, 2005), y magíster en Ciencias Ambientales por la Facultad de Ciencias (2000). Actualmente es investigador activo nivel 1 de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII), y docente del área de geociencias del Programa de Desarrollo de las Ciencias Básicas (PEDECIBA). También es docente de la licenciatura en Geografía, de la tecnicatura y licenciatura de Gestión de Recursos Naturales y Desarrollo Sustentable en Rivera, y de la licenciatura en Paisajismo dictada en Maldonado.

¿Qué evaluación hace del proceso de descentralización de la Udelar?
Es un proceso que está en marcha. Difícilmente en algún momento se podrá decir que está acabado, porque la centralidad que tiene Uruguay en el área metropolitana es muy fuerte, entonces cualquier intento de descentralización es muy complejo. El proceso está en marcha y va a continuar así, profundizándose por mucho tiempo. En general ha sido más rápido de lo que estamos acostumbrados en la Universidad, y esa velocidad ha permitido que muchas cosas no estén muy consolidadas, entonces en este momento se trata de ir consolidando lo que ya está e ir generando nuevas estrategias que permitan hacer frente a una matrícula creciente.

¿Qué fortalezas tiene ese proceso?
Una de las fortalezas ha sido la respuesta del conjunto de universitarios a la necesidad de cumplir con los objetivos de resolver problemas de inequidad social y geográfica, y por supuesto la respuesta de sociedades del interior de evaluar muy positivamente la presencia de la Universidad. Eso se manifiesta en la práctica con un incremento muy importante en la matrícula de las tres regiones: desde el litoral que ya tenía una tradición de más de 50 años con la presencia de la Universidad, hasta zonas donde la presencia universitaria es totalmente novedosa. Entonces creo que esos elementos indican la maduración de un proceso en el demos universitario.

¿Y qué debilidades?
Las debilidades se vinculan a la velocidad de los procesos que dificulta la consolidación de las estructuras cogobernadas. En este momento tenemos dos Centros Universitarios Regionales (CENUR) funcionando, en el litoral y en el este, que tienen estructuras administrativas y de gobierno relativamente pesadas en cuanto a su estructura (con consejos regionales, locales, comisiones directivas locales, un claustro en cada una). Eso nos ha generado, en un contexto de baja participación, algunas dificultades para lograr el funcionamiento pleno del cogobierno, sobre todo en zonas donde no había experiencia de cogobierno. Incluso algunos docentes que componen la planilla docente venían del interior o no tenían esa experiencia en ámbitos, y eso se transmite en dificultades para poner en funcionamiento esas estructuras, que a veces resultan muy pesadas. Por otro lado, las dificultades propias de comenzar a poner en funcionamiento carreras nuevas. La mayor parte de las carreras que se implementaron en estos diez últimos años son carreras nuevas que se dictan exclusivamente en el interior, y como todo nuevo programa de enseñanza tienen algunas dificultades para arrancar. Esos procesos progresivamente se van resolviendo, pero sí tienen algunos problemas operativos.

¿Qué porcentaje de alumnos de la Udelar estudia en el interior?
Actualmente tenemos en el entorno de 10% en las tres regionales. De 25.000 estudiantes que ingresaron el año pasado, 4.000 lo hicieron en el interior.

¿Con cuántos docentes cuentan?
Es difícil saberlo. El programa de Polos de Desarrollo Universitario (PDU) radicó cerca de 280 docentes de alta dedicación. A eso hay que sumar docentes de los servicios del área metropolitana y docentes propios de cada CENUR. De todas formas, es un porcentaje muy bajo frente al número total de docentes que tiene la Universidad. Tenemos un número importante de docentes viajeros, es decir, docentes radicados en Montevideo o en otras regionales que viajan permanentemente. Y ya comenzamos un proceso de docentes que están radicados en las regiones y viajan a Montevideo a colaborar con docencia. Creo que el proceso de descentralización se tiene que basar en docentes radicados en colaboración con docentes radicados en otras regiones, inclusive la región del área metropolitana.

¿Los programas de radicación docente están incrementando o se sostienen en el tiempo?
Se vienen sosteniendo en el tiempo y consolidando. Es imposible incrementarlos a nivel presupuestal. Estamos trabajando en la consolidación con la creación de departamentos académicos. Aspiramos a que en el próximo año se pueda pasar de los programas PDU a departamentos académicos funcionando en todas las regiones, para tener equipos más consistentes y coherentes desde el punto de vista de la generación de conocimiento y por supuesto de la integración de las tres funciones de la Universidad. Estoy convencido de que una buena racionalización de los recursos existentes con la mayor eficiencia posible en cuanto a propuestas nuevas de enseñanza, nos va a posicionar mejor para lograr una discusión más profunda sobre la necesidad de recursos de cara a la nueva discusión presupuestal. Una vez que lanzamos un proceso de descentralización solamente lo podemos profundizar, si nos detenemos hoy, significa dar señales de que en el interior va a estudiar un pequeño porcentaje de la población. En la medida en que los centros universitarios tienen un reconocimiento social y una aceptación de que la formación es tan buena como la que se ofrece en Montevideo, la matrícula sigue creciendo. Lo que se ha demostrado estos años es que la matrícula va a crecer progresivamente, pero vamos a tener los mismos recursos y eso nos implica nuevos desafíos.

¿A qué zonas falta llegar? ¿Se está estudiando?
Tenemos toda una zona importante del país, centro y suroeste, donde hoy la Universidad no está llegando. Mantenemos una línea de evaluación de la importancia de llegar a esas zonas, pero dadas las restricciones presupuestales, en el corto plazo no podemos plantearnos seguir creciendo en el interior sin consolidar lo que ya tenemos. De hecho, para hacerlo precisaríamos partidas presupuestales importantes porque implica partir de cero –radicar docentes, construir edificios, establecer nuevas carreras que no deberían repetirse con las ya existentes–, todo un proceso que implica disponer de recursos nuevos. Al mismo tiempo, tenemos que hacer frente a las necesidades crecientes de las regiones que hoy están funcionando, entonces en esta situación de restricción presupuestal, al menos en el corto plazo, no parece posible consolidar presencia universitaria en la zona centro y suroeste.

A corto plazo, ¿qué propuestas o metas tiene para su gestión?
La propuesta para esta gestión se basa en diversificar aún más la oferta de enseñanza con los recursos docentes existentes en las regiones, es decir, nuevas carreras que utilicen los recursos disponibles. Otra prioridad es consolidar líneas de investigación ya existentes y consolidar el funcionamiento de la región noreste. Entonces en la primera propuesta, nuestras evaluaciones preliminares nos indican que tenemos capacidad docente instalada en las regionales como para establecer nuevas ofertas de enseñanza con colaboración de los servicios centrales de la Universidad. Los programas de desarrollo universitario han consolidado líneas de investigación que es necesario profundizar, porque eso permite el desarrollo de actividades universitarias de primer nivel en todo el territorio nacional. Por lo tanto, lo tenemos que consolidar en este período, de tal forma que los jóvenes egresados en el interior puedan insertarse en equipos de investigación a escala local, lo cual va a implicar desarrollar carreras de posgrado para que continúe su formación. En tercer lugar, la región noreste, que todavía no se ha conformado en un CENUR, tiene que lograr una institucionalidad más sólida que la que presenta actualmente. Esperamos en este próximo año poder consolidarla. Tal vez no llegue al nivel de complejidad de un CENUR, pero sí una estructura regional que integre y articule a Rivera, Tacuarembó y Cerro Largo.

Mencionaba que una de las líneas de trabajo es sobre la investigación, ¿cómo se está desarrollando y qué prioridad se le da a la extensión en el interior?
La extensión en el interior tiene un desarrollo relativamente más natural que en Montevideo. La mayor parte de los procesos, tanto de enseñanza como de investigación, tienen una articulación de extensión universitaria muy fuerte. Sobre todo en la región litoral y en la región noreste. En la región este hay algunas limitaciones para generar la extensión un poco más parecidas a las de Montevideo, pero es un proceso sobre el cual se está trabajando y, en general, las líneas de extensión de las tres regionales son muy satisfactorias y con mucha facilidad para integrar a los estudiantes y a los programas de enseñanza.

¿Cuántas ofertas de enseñanza son financiadas por la CCI?
Actualmente, la financiación directa de la CCI abarca unas 19 carreras en todo el interior, cuatro líneas de posgrado y los ciclos iniciales optativos. Todas esas carreras tienen financiamiento propio consolidado, lo que permite asegurar su permanencia con mayor o menor apoyo desde los servicios centrales de Montevideo. En el corto plazo difícilmente podamos tener muchas nuevas ofertas, dada la resolución presupuestal. En base a los recursos disponibles podemos establecer alguna carrera nueva en cada una de las regiones, va a significar un esfuerzo pero el proceso está en marcha y, como siempre digo, no podemos dejar de crecer en el interior. Una vez que se estableció la presencia universitaria, se demostró que la Universidad llegó a esas regiones para quedarse y se generó la confianza de la sociedad local, progresivamente hay mayor interés en los jóvenes a nivel local para inscribirse en carreras universitarias en las regiones. Por lo tanto, es necesario diversificar esa propuesta de carreras y estamos explorando esas alternativas. En base a los recursos con los que ya disponemos, hay que ser imaginativos en cuanto a generar nuevas propuestas de enseñanza.

¿Cómo surgen las nuevas carreras?
Ese es un tema que estamos rediscutiendo y trabajando. Cuando se generan los puntos fuertes de la descentralización universitaria que son las resoluciones del CDC 2007-2008, se conforman los lineamientos genéricos a través de los Programas Regionales de Enseñanza Terciaria (PRET), a partir de los cuales cada región tenía su especialidad de acuerdo a las evaluaciones de la vinculación histórica de la universidad, la evaluación de las necesidades locales y un conjunto de variables. Luego se hacen llamados a carreras con fondos concursables y las orientaciones temáticas de los PRET quedaron un poco en segundo lugar. Creo que tenemos que reatrapar eso, sobre todo hoy que tenemos capacidad instalada con una cierta orientación en cada región, formaciones diversas y tenemos que volver a concentrar esa dispersión de esfuerzo en nuevas ofertas. En ese sentido, lo que estamos discutiendo es que las nuevas carreras tengan una fuerte vinculación con los recursos universitarios ya instalados, con las demandas locales y con la orientación inicial que se le planteó a esa región, como estrategia de concentrar recursos y optimizar la calidad académica.

En noviembre de 2016 la CCI organizó una jornada para analizar el desarrollo de la Universidad en el interior, ¿tienen programado volver a realizarla?
Tuvimos un cambio muy sobre el fin del año, entonces ya no da tiempo de hacer una actividad de evaluación. Seguramente esa actividad se genere en los primeros meses del próximo año, cuando ya esté más avanzado mi proceso de consolidación como presidente de la CCI, y permita unas jornadas un poco más ricas que si las hiciéramos en estos meses.

¿Qué opinión le merece el cuestionamiento de la calidad de la enseñanza universitaria en el interior respecto a la de Montevideo?
Esa comparación, en general, es incorrecta porque cuando se trata de las carreras que tienen réplicas en el interior son los mismos equipos docentes que las dictan en un lugar y en el otro. Las responsabilidades son de los mismos departamentos e institutos, y por lo tanto el control de calidad está asegurado. Cuando se trata de carreras nuevas, que se dictan exclusivamente en el interior, no hay contra qué compararlas. Hoy podemos decir que hay capacidades instaladas en el interior que a veces son más potentes en algunas temáticas que las capacidades instaladas en Montevideo. Y recordando que se trata de una Universidad única que tiene presencia en diversos puntos del país –históricamente ubicada en Montevideo y el área metropolitana– es una diversificación y desconcentración de una misma institución, entonces es como intentar comparar el desarrollo institucional entre distintos servicios: sabemos que son diferentes, que tienen particularidades, pero hay una tendencia de que las exigencias para ocupar cargos docentes y para desarrollar actividades de cualquier docente en la Universidad son similares en todos los servicios, y tiende a ser similar con un criterio de calidad en base a los estándares más altos.

Obviamente que hay diferencias, pero las hay por procesos históricos de consolidación. No es comparable de la misma forma en que no lo son un servicio universitario que se fundó a principios del siglo XX con otro que se fundó a principios del siglo XXI. El desarrollo institucional que tiene cada uno es totalmente distinto. Insisto en que tenemos algunas temáticas y algunos equipos de investigadores que realizan investigación, docencia y extensión que son más potentes en los grupos radicados en el interior que los que están presentes en Montevideo. La articulación de colaboración entre los equipos de Montevideo y del interior es lo que permite una matriz de calidad tendencialmente única de todas las actividades que se desarrollan en la Universidad. En ese sentido es que se ha orientado todo el trabajo del interior hacia el concepto de una Universidad única, que opera en distintas regiones con una matriz de calidad única.

Vía: UDELAR

Salir de la versión móvil