¿De qué habla Vigil cuando habla de Viglietti?

El fallecimiento el pasado 30 de octubre del cantautor Daniel Viglietti (Montevideo, 1939 – 2017), provocó una impensada polémica, en medio de los homenajes oficiales y declaraciones –muy laudatorias todas- de integrantes del Gobierno y de la izquierda.

La voz discrepante fue la de la escritora Mercedes Vigil (60), autora de novelas históricas, algunas de las cuales le valieron el premio de la CUL, “Libro de Oro”, a las mayores ventas, e incluso, la declaración de “Ciudadana Ilustre de Montevideo”, distinción otorgada -no sin reparos por parte de algunos colegas y ediles de la Junta Departamental- en 2010.

¿Qué dijo Vigil tan fuerte como para “incendiar la pradera” de la elite intelectual del Uruguay, como titulara un medio capitalino?
En una publicación subida a las redes a instancias de “un amigo de Facebook”, según la escritora, sus filosas declaraciones (su estilo nunca deja indiferente al público) toca varios temas. Menos la carrera artística de Viglietti; sin vueltas, Vigil confiesa que “no me siento autorizada a hablar de su Arte, pues la música no es lo mío”.

¿De qué va a hablar, entonces, cuando acaba de morir uno de los principales autores e intérpretes de la música popular, no sólo en nuestro país, sino en la región, y aun, el mundo (o Europa, al menos).

“Ante tanto escribiente inventor de próceres, debo decir que el paso de Viglitetti por la realidad nacional, ha sido sin dudas, nefasto. Hoy debo decir que personajes como él, abonaron una visión hemipléjica de la realidad latinoamericana, mientras me los cruzaba en el Primer Mundo, viviendo como reyes y predicando la pobreza ajena.”
Y continúa: “Los vi construir una epopeya que costó sangre y miseria en América Latina; los escuché predicar que en la URSS se vivía como en el Paraíso. Los vi vivir como reyes a costa de la ayuda a los perseguidos y luego volver al Uruguay. No sé si fue peor que volviesen o que antes se fueran y mintieran tanto.”
Y como si esto fuera poco, afirma que Viglietti y otros artistas de izquierda, “fueron recompensados con muchas horas de programas de radio y T. V., por los gobiernos del FA desde el 2005 (Viglietti condujo por años, “Tímpano”, en la Radio Oficial).

Entonces, ¿de qué estamos hablando aquí? Y ¿qué fue lo que enfureció a quienes consideran a Daniel Viglietti como un ícono del cantor de protesta de los 60/70?
Evidentemente, no el inexistente juicio artístico de Mercedes Vigil (eso corresponderá a los musicólogos y críticos), sino su ideología, su militancia “de izquierda revolucionaria” y el haber usufructuado los beneficios materiales de ser un artista oficial del FA, en el exilio europeo y luego de su regreso al Uruguay en 1985.

¿Hay ciertos artistas que reciben dinero y cargos por tener un discurso políticamente correcto, y otros que no, porque el Gobierno no los considera “de izquierda”?

De eso estamos hablando. Vamos a no entreverar los tantos. Sabemos que Arte, Cultura y Política, nunca han sido (en ningún período histórico) compartimentos estancos. Son tres dimensiones de lo social que se interrelacionan, de alguna u otra manera. Con mayor o menor intensidad. Pero una cosa es una cosa, y otra cosa es otra cosa.

Por Daniel Abelenda

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