“No hay turismo de cannabis en Uruguay”, aclaró el prosecretario de la Presidencia, Juan Andrés Roballo, tras anunciar el próximo lanzamiento de la campaña Verano Querido, para informar a visitantes sobre quiénes pueden acceder a la marihuana en forma legal. Agregó que se otorgó una licencia para investigación científica y uso medicinal de ese tipo de cáñamo y que se ajustará el control de autocultivos y clubes de membresía.
“No solo tenemos el uso no medicinal o recreativo, sino que también se otorgaron licencias para la explotación del cáñamo para uso industrial, y acabamos de otorgar una licencia para la investigación científica y uso medicinal”, dijo Roballo en respuesta a una consulta periodística en relación al aumento de controles respecto del cannabis en temporada estival. “Estamos contentos de llegar a fin de año con todo el contenido de la ley desplegada”, añadió,
Roballo remarcó que los controles continuarán, como estaba previsto, en autocultivo y clubes membresía de habilitados para la compra legal de marihuana. “Evidentemente llega una época del año en que se debe ajustar y evitar que en algunas situaciones, que se denominan zonas grises, se distorsione la regulación y control, sobre todo por confusiones en cuanto a los turistas que vienen y preguntan cómo adquirir el producto”, expresó.
“No hay turismo cannábico en Uruguay”, afirmó Roballo, en declaraciones a la prensa este jueves 14 al término de la presentación de datos del informe de cooperación internacional en Uruguay 2017 por parte de la agencia uruguaya.
En ese sentido, el jerarca informó que se lanzará una campaña informativa denominada Verano Querido, en la cual se conjuga el trabajo de la Junta Nacional de Drogas, del Sistema Nacional de Emergencias y de la Unidad Nacional de Seguridad Vial relacionado con el cuidado personal en un momento en que hay mayor exposición a riesgos.
“Habrá una información clara y contundente sobre quiénes pueden acceder y quiénes no al cannabis, así como un trabajo preventivo de gestión de riesgo y reducción de daños, y, de ninguna manera, la promoción del consumo”, añadió.
Roballo indicó que los controles se realizan desde el propio Instituto de Regulación y Control del Cannabis, que tiene su cuerpo fiscalizador, y por los organismos que integran la Junta Nacional de Drogas. “En las áreas donde puede haber una distorsión del mecanismo de autocultivo o clubes, el abordaje es diferente, porque es aplicación de la ley”, precisó.