Casi 6 puntos del Producto Bruto Interno (PBI) fue el aumento del gasto público ocasionado por el gobierno del Frente Amplio entre los años 2005 y 2016, aseguró la diputada Nibia Reisch (Partido Colorado).
“Así surge -explicó la legisladora- de las cifras publicadas del resultado del sector público global, que indica que el gasto total del mismo, incluyendo intereses, pasó del 27.54 puntos del PBI a 33.32 puntos en el lapso mencionado”.
“En su sentido más amplio, es decir, incluyendo funcionarios de los distintos organismos y dependencias que integran los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, las empresas estatales, las administraciones municipales y entes privados que prestan servicios públicos, entre 2005 y 2016 los vínculos con el Estado pasaron de 241.725 a 306.269, esto es 64.544 funcionarios más (27%). Pero en realidad son más porque en esta última cifra no están incluidos quienes cubrieron vacantes de jubilados, retirados, destituidos o fallecidos. No es ilógico pensar que en la realidad esa cifra es cercana a los 100.000 funcionarios”, explicó.
Reisch recordó que “a partir del año 2004 el país se benefició de una década de extraordinarios precios de los commodities, y las exportaciones pasaron de US$ 3.145:000.000 en 2004 a US$ 10.002:000.000 en 2013. A eso se agregó una prolongada crisis económica y financiera de los países desarrollados, con tasas de interés a niveles mínimos históricos, lo que contribuyó a que se generaran las condiciones que provocaron un fuerte ingreso de capitales a las economías emergentes, con relativa independencia de la calidad de las políticas aplicadas por los países”.
“Entre 2003 y 2011, el PBI creció a un ritmo promedio de un 6%. A los cuantiosos recursos fiscales generados por el mismo, se agregaron los provenientes de continuos ajustes fiscales y tarifarios (antes y después del superciclo). Pero en el último gobierno, sin esperar a la instancia presupuestal, se comenzó el ajuste vía tarifas y decretos que indebidamente modificaron la materia imponible”, expresó la parlamentaria batllista.
“La razones por las cuales se llegó a esto fueron múltiples. En primer lugar, el Gobierno hizo caso omiso a las advertencias que tanto políticos como técnicos hicieron sobre el cambio de escenario y optó por “echar más leña al fuego”, aumentando el gasto por encima del crecimiento de la recaudación y de la producción (antes y después de la bonanza)”, aseguró.
“El déficit no baja hace años del entorno de 3.5% del PBI a pesar de continuos ajustes tributarios y tarifarios. Pero es bueno recordar que el déficit sería aún mayor si el Gobierno hubiese cumplido sus promesas electorales (más de 2.000 millones de dólares). El déficit de 3,5% es más de cuatro veces superior al planificado por el Gobierno en la instancia presupuestal 2010-2014, que era de un 0,8% del PBI. Tenemos que remontarnos a 2002, al epicentro de la crisis, para encontrar un déficit similar, del sector público, a 3,7%”, explicó.
“Además se gastó mucho más en educación, seguridad, salud y otras áreas. Y digo se gastó, no se invirtió, porque es evidente que los resultados en todos esos escenarios son cada vez peores”, aseguró.
“Por otro lado, las empresas públicas se aspiraron el espacio fiscal. Sólo el desastre de ANCAP explica un 35% del deterioro del resultado fiscal en la década 2005 2014. Y hoy estamos pagando esta y otras fiestas con tarifas por encima de los niveles que se observan en la región, comprometiendo el bolsillo de doña María y la competitividad del sistema productivo”, prosiguió.
“En materia de infraestructura muy poco se hizo, encareciendo y limitando una condición imprescindible para seguir creciendo. Hoy tenemos una red vial altamente deteriorada en todo el país, una Dirección Nacional de Arquitectura que casi no tiene obras y serias carencias en varios puertos del país. Tal vez la mayor artimaña hayan sido las prometidas inversiones a través del sistema de los Proyectos de Participación Público-Privados (PPP), que nunca llegaron”, aseguró Reisch.
“Agujeros negros como el del Fondo de Desarrollo Solidario (FONDES), un rotundo fracaso desde todo punto de vista, y los múltiples caprichos, irregularidades, anomalías y malos negocios de PLUNA, que insumieron pérdidas de millones y millones de dólares resumen la falta de rumbo, de seriedad y de gestión del gobierno del Frente Amplio”, indicó.
“Esta política fiscal insensata, imprudente e irresponsable ha consolidado un escenario de pérdida de competitividad. El contexto internacional favorece un rebote coyuntural del crecimiento (sin condiciones de permanencia). Y como consecuencia de todo lo dicho, no despegan ni el empleo ni la inversión. La formación bruta de capital fijo del sector privado (inversión) completará su cuarto año de caída (absoluta y en términos del PBI), el tipo de cambio real muestra actualmente un atraso de 24% con respecto al nivel del año 2010 y se han perdido unos 40.000 empleos con respecto al año 2014, número que crece muchísimo si se toma desde 2011 a la fecha”.
“En ese contexto, nada hace prever que este rumbo errático, sin objetivo, sin aspiraciones, vaya a verse modificado, y eso sin dudas va a significar más atraso cambiario, más atraso en infraestructura, más pérdida de competitividad, más cierre de fuentes laborales y pérdida de puestos de trabajo, y más menoscabo del poder adquisitivo de sueldos y pasividades. Es una situación de la que el gobierno del Frente Amplio es absoluto responsable por su dañina manera de gobernar, y que no sabe cómo mejorar”, finalizó Reisch.