Tal vez todo comenzó el 22 de octubre de 2017, cuando el periodista Guillermo Losa publicó bajo el título «Una guardiana que dice ser la última esclava del Uruguay», una nota que dio que hablar por lo menos aquí en Carmelo, se refería a la situación de la Capilla de la Estancia de Narbona y de la situación laboral de su cuidadora, Maria Julia Casanova.
María dijo en aquella oportunidad a El Observador que «para evitar que el lugar se venga abajo no ha dejado su puesto en 36 años. No se ha tomado vacaciones ni un solo día, y sus pocas salidas se reducen a la ciudad de Carmelo, a donde viaja para comprar el surtido semanal, luego de caminar unos dos kilómetros de campo hasta la parada de ómnibus más cercana.»
«Ahora espera recibir el pago de los 36 años de licencia que nunca se tomó para poder conocer el país.»Quiero conocer mi país, porque solo conozco Carmelo (…) soy como una esclava», dice. Cuenta que le gustaría recorrer los 100 kilómetros que la separan de Mercedes, Soriano, una ciudad que siempre quiso conocer,» publicó el matutino.
En la nota de Losa queda registrada una situación increíble que vincula al Ministerio de Educación y Cultura, en una parte de la entrevista aparecen estas preguntas: «Entonces, recuerda que no puede irse. ¿Quién cuidaría de la capilla en su lugar? ¿Quién atiende a los visitantes, corta el pasto, y aleja a roedores y personas mal intencionadas? Incluso cuando va a hacer las compras a Carmelo debe contratar un casero y pagarlo de su sueldo de funcionaria del Ministerio de Educación y Cultura. Cobra unos $17 mil. Según cuenta, cuando pedía irse de vacaciones se la negaban porque era la única persona contratada para mantener el lugar libre de intrusos y del descuido del tiempo,» informó El Observador.
Vacaciones de Julia
Lo cierto es que todo indica que María Julia Casanova se tomó seis meses de vacaciones. La información fue brindada por un cuidador que ésta habría nombrado de apellido García y que estaría a cargo del lugar, aparentemente sin el aval del Ministerio de Educación y Cultura. Por lo menos el Conservador de la Capilla César Urán no estaba enterado y tampoco el Arquitecto Nelson Inda, Presidente de la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación.
Ni el Ministerio de Educación y Cultura, tampoco el Ministerio de Turismo que presenta ese lugar dentro del Corredor de los Pájaros Pintados conoce el paradero de María Julia que se tomó sus vacaciones, aparentemente sin consultar a los superiores. Por lo menos el Conservador de la Capilla no pudo lograr obtener una información oficial sobre la larga licencia que se estaría tomando Casanova.
La situación actual es que en el lugar se encuentra una persona que no es funcionario del MEC y que fue nombrado directamente por María Julia Casanova.
El hecho deja al desnudo graves falencias en la administración del Patrimonio Cultural de la Nación, de un lugar que fue declarado Monumento Histórico Nacional en 1975.