Falleció a los 57 años de edad, el jueves 8 de Febrero, el Pbro. Héctor Aranzabe, Párroco de la Pquia. del Santísimo Sacramento de Colonia (Diócesis de Mercedes).
El deceso se produjo como consecuencia de un Accidente Cerebro Vascular (ACV) sufrido días atrás. Ni bien se conoció la noticia de su fallecimiento, cientos de personas expresaron su dolor en las redes sociales y su gratitud por el bien que hizo a través de su Ministerio, destacando su capacidad de escucha, sus palabras de consuelo y su alegría.
El mismo 8 de febrero el Obispo de Mercedes, Mons. Carlos Collazzi presidió una primer Misa de exequias en la Parroquia San José Obrero y San Juan Bosco de Juan Lacaze, ciudad natal del P. Héctor. Luego, el cuerpo fue trasladado a la Basílica Santísimo Sacramento de Colonia donde fue velado. A las 9.30 horas del viernes 9, Mons. Collazzi presidió otra Misa de exequias en una Basílica colmada de fieles, amigos y sacerdotes de distintas Diócesis que fueron a despedirlo.
En su homilía, refiriéndose al salmo rezado en la Misa, Mons. Collazzi dijo: “Mi alma llora de tristeza, consuélame, Señor, con tus promesas” (Sal 118). “Creo que es la experiencia que todos tenemos de dolor por la partida de Héctor, pero con la certeza, la confianza y el consuelo que viene del texto del Evangelio que acabamos de escuchar”.
Al referirse a la vida del P. Aranzabe, el Obispo recordó que sus 57 años de vida cristiana comenzaron en la Parroquia de Juan Lacaze, con “su compromiso fuerte de adolescente, la catequesis parroquial, sus discernimientos vocacionales en la misma parroquia con la comunidad salesiana y entrando al seminario justamente con otros compañero que están acá, hoy justamente hace 33 años”.
Aranzabe había sido designado recientemente como nuevo párroco de la Catedral de Mercedes. Aludiendo a sus últimos días junto a la comunidad de Colonia, Mons. Collazzi agregó que “en el designio de Dios, esta parroquia, en estos últimos días, estuvo acompañándolo, ayudándolo y preparando su despedida que se adelantó, puesto que era mañana y lo estamos haciendo hoy”.
La homilía fue también un mensaje de esperanza en medio del dolor de la partida del querido sacerdote: “Nuestra alma llora de tristeza porque se nos va un gran párroco, un hombre de fe, pero nos consuela siempre el Señor que nunca nos deja ni nos dejará solos, y en Èl siempre confiamos… La vida es la que triunfa y seguiremos siempre buscando los consuelos que vienen de Dios y de la fe, de descubrir sus planes y sus proyectos”.
Al final de la homilía el Obispo invitó a dar gracias a Dios por el fecundo ministerio sacerdotal del P. Héctor y recordó las comunidades donde sirvió: Tarariras, Nueva Helvecia, Catedral y Colonia del Sacramento (desde el 2005).