Por Elio García Clavijo
El Municipio de Carmelo dispuso la compra de un Elevador de Ataúdes para el Cementerio Local que costará más de cincuenta mil dólares.
Este elevador funcionará en el mismo lugar que ADEOM denunció el estado lamentable y crítico donde desempeñan su labor los trabajadores municipales. Los funcionarios carecen de un lugar físico para cambiarse de ropa, por citar solo uno de los problemas.
La solicitud de contar con un lavarropa para limpiar allí la ropa de trabajo y no llevarla a la casa del funcionario hasta hoy no ha tenido respuesta. El año pasado en el mes de abril los empleados del Cementerio explicaban que las características del trabajo implicaba muchas veces llegar a sus hogares con la ropa sucia, con todas las posibilidades que existen de contaminación, por la propia tarea.
70 bloques
Hace un año también pedían la realización de un baño para damas. La idea del baño correría por cuenta de los propios empleados municipales quienes necesitan unos 70 bloques para construirlo.
El último informe de ADEOM es lapidario, el estado actual del Cementerio de Carmelo lo calificaron de lamentable, el baño es un agujero denunciaron. Los funcionarios carecen de lugar físico para cambiarse de ropa.
“Me da vergüenza estar discutiendo por un baño, en vez de hacerlo por temas salariales”, dijo el Presidente de Adeom Colonia, Nicolás Piñeiro, “nos hemos presentado al Ministerio de Trabajo no para buscar culpables, sino para dejar registrado los antecedentes. La problemática va más allá de un tema de dinero, es un tema de voluntad. Se está invirtiendo pero no en personal”, concluyó.
50 mil dólares y algo más
La situación deja al desnudo una forma de administrar los dineros públicos alejada del sentido común. Se va invertir más de cincuenta mil dólares en la compra de un aparato que nadie duda traerá una modernización en la operativa de ataúdes en altura, pero no se ve toda la fotografía. Ignoran la totalidad de la realidad, y no responden a lo primero, a lo básico.
Todo esto me hizo recordar a la teoría de la motivación de Herzberg.
Según este psicólogo dos factores separan las circunstancias que rigen la vida laboral de un trabajador.
Por un lado, los factores de higiene hacen que el trabajo se sienta o no satisfecho o insatisfecho, de acuerdo a variables como el ambiente físico, la seguridad laboral, la relación con los compañeros de trabajo, la supervisión, entre otros motivos.
Por el otro, aparecen los factores de motivación. Estos pueden hacer que el nivel de satisfacción de un empleado que tiene todos los factores de higiene cubiertos crezca. Con los factores de higiene evitamos el descontento y con los de motivación aumentamos la felicidad del empleado con respecto de la empresa.
Frederick Herzberg nos dice que debemos centrarnos primero en consolidar los factores de higiene y revisarlos periódicamente para evitar lo que se conoce como efecto “que has hecho por mí últimamente”. Nunca debemos empezar a construir la satisfacción de un equipo por el techo. Todo comienza por construir políticas de condiciones de trabajo dignas y, solo a partir de este punto, podremos empezar a construir la motivación.
Un baño decente
No podemos invertir más de cincuenta mil dólares en una máquina y no tener recursos para la construcción de un baño decente para sus trabajadores, tampoco un lugar para cambiarse y carecer de dinero para la compra de un simple lavarropa.
Entonces esa importante máquina que levanta ataúdes se vuelve en un gasto que debería haberse efectuado posterior a lo básico que es el derecho de los trabajadores a realizar sus actividades en un lugar digno.
El «levanta ataúdes» muestra la falta de mirada en clave de prioridades, la carencia de políticas municipales y la ausencia de un programa de gobierno local.
Allí, esta el debate de cara a los nuevos desafíos que debe enfrentar inexorablemente nuestra sociedad carmelitana.
Para crecer debemos empezar por lo primero.