La Oficina del Planeamiento y Presupuesto (OPP) lanzó una publicación sobre el proceso de elaboración de la Estrategia Nacional de Desarrollo Uruguay 2050, un insumo para la elaboración de políticas públicas a largo plazo. La investigación presenta escenarios de máxima y mínima, según variables demográficas, educativas y de género. Las autoridades destacaron la participación de las mujeres en el ámbito laboral.
El director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), Álvaro García, recordó que, al iniciar la gestión en 2015, se creó la Dirección de Planificación, en el entendido de que era necesario trabajar en una valoración a largo plazo, a los efectos de definir políticas públicas y aprovechar la mayor cantidad de oportunidades posible. Afirmó que Uruguay en las últimas décadas transitó por un camino de incremento a nivel de presupuestos, pero a partir de entender las limitantes que implica el proceso presupuestal para períodos de cinco años.
El director de Planificación de OPP, Fernando Isabella, explicó que Uruguay se caracteriza por la tendencia al envejecimiento de su población, lo que consideró saludable, porque evidencia la calidad y el aumento de la esperanza de vida.
Según explicó, actualmente las mujeres son más autónomas para decidir si ser madres, de cuántos hijos y en qué momento embarazarse, lo que incide en la baja fecundidad, proceso que se observa en todos los países con mayor desarrollo humano. La consecuencia de esto es que se reduce la cantidad de gente económicamente activa y su correlato en el mercado laboral, la generación de riqueza, el aporte al sistema de salud y de seguridad social.
En relación al impacto laboral, las variables consideradas de más importancia son la demografía, el nivel educativo, la participación laboral y las diferencias de género. En ese sentido, se registró un aumento en la participación de las mujeres, especialmente en las últimas décadas, con mayores niveles educativos que los hombres. El informe concluyó en que mejoras en la educación y en las diferencias de género en cuanto a la inserción laboral puede evitar la caída en la tasa de actividad.
En relación a la migración, el estudio simula tres escenarios: emigración de 10.000 uruguayos al año, inmigración de 5.000 personas en igual período y, por último, otro de suma cero entre emigrantes e inmigrantes. Estos escenarios se presentan como insumos para el desarrollo y planificación de políticas públicas para cualquiera de los tres casos.
La proyección para 2050 implica un escenario de mínima en términos poblacionales, con una salida de 10.000 personas por año, en que el país queda con una población sensiblemente más envejecida de lo que existe en la actualidad, y bajas tasas de participación laboral; el escenario intermedio, en el que los flujos migratorios se compensan entre sí, y otro con una inmigración superior a la emigración. En términos migratorios, Uruguay no es de los países grandes receptores de migrantes. La hipótesis con mayor sustento es la de un «empate entre migraciones», concluyó.