No lo dice una persona cualquiera. Lo afirma su entrenador, el «Maestro» Óscar Washington Tabárez, el técnico más veterano del Mundial de Rusia y un hombre que destila sabiduría en cada una de las palabras.
De forma pausada, pero muy directa y contundente, Tabárez analizó el estado de la estrella de Uruguay. No dudó ni un momento cuando fue preguntado por su madurez. Para el entrenador charrúa, a un paso de iniciar su cuarta Copa del Mundo, Luis Suárez ha cambiado.
«Lo de la madurez… sin ningún tipo de duda. Conozco hace tanto tiempo a Luis… desde que estaba en la sub20 en 2007… compitió en el Mundial de Canadá, luego hizo las eliminatorias, metió el primer gol del torneo y era un chico de 18 años. Ha madurado mucho», declaró.
«Lo que pasó en Brasil es parte de la realidad y ha influido en su madurez. Y fuera del terreno de juego, en su aspecto familiar y personal, también. Se ha mentalizado para el Mundial. Creo que responde a lo que creo de Luis, que aparte de un gran jugador, es muy inteligente. Este Mundial le pilla en plena madurez», añadió.
Parece que ya ha quedado atrás todo aquel embrollo con Chiellini que creó muchos problemas a Luis Suárez hace cuatro años. Con 31, es otra persona y sabe que no puede volver cometer un error del que ya fue reincidente.
El mordisco a Chiellini no fue el único. En 2010, en su etapa en el Ajax, inició la lista tras morder a Otman Bakkal, del PSV, a quien clavó su dentadura en un hombro mientras se disputaba un partido de la Liga de Holanda. Fue sancionado siete partidos.
Después, en su etapa en el Liverpool, y en abril de 2013, mordió en el brazo al jugador serbio del Chelsea Branislav Ivanovic. Tampoco se libró del castigo y fue castigado con diez encuentros por la federación inglesa.
Por esa razón, se perdió los cinco primeros duelos de la Premier League de la temporada 2013/14. Sin embargo, acabó la competición inglesa con 31 goles. Llegó al Mundial de Brasil en plena forma, pero se perdió el estreno ante Costa Rica por lesión. Luego, contra Inglaterra, marcó dos tantos y volvió a renacer.
Pero la peor versión de Suárez apareció en el choque que cerraba la fase de grupos para Uruguay. El mordisco a Chiellini le privó de jugar los octavos de final ante Colombia y, hasta este viernes, cuando vuelva a jugar contra Egipto, no volverá a saborear lo que es participar en un encuentro de la Copa del Mundo.
Lo hará con más madurez, más tranquilo, más mentalizado en no caer en sus peores comportamientos y con la ilusión de hacer algo importante con su selección. Así lo dice Tabárez, y si lo afirma un maestro, no hay nada que objetar. Luis Suárez, ha madurado. No hay más que hablar.