Minutos antes de saltar al césped del Ekaterimburgo Arena, escenario del estreno histórico de Egipto 28 años después de su último partido en un Mundial, su entrenador, Héctor Cúper, afirmó que estaba casi seguro de que iba a poder contar con su estrella para el enfrentamiento ante el cuadro charrúa.
«Salah está muy bien. Ha tenido una recuperación muy buena con una atención muy especial Se ha entrenado con nosotros. Falta el entrenamiento de hoy. Puedo casi asegurar que está para jugar salvo que surja un imprevisto del último momento. Todos somos optimistas», dijo.
Casi justo después, Cúper dirigió el entrenamiento de sus hombres, con Salah entre ellos como uno más. El jugador egipcio, en los minutos a los que tuvo acceso la prensa, primero escuchó a Cúper en la charla táctica inicial.
Después, hizo carrera alrededor del terreno de juego y cuando cambiaron los ejercicios y aumentaron la intensidad, Salah tuvo cuidado de no hacer un movimiento brusco con su hombro lesionado. En concreto, en uno de ellos, que consistía en subir y bajar los brazos, el jugador egipcio decidió no moverlos por precaución.
Lesionado desde la final de la Liga de Campeones que se disputó a finales del mes de mayo en un lance del juego con Sergio Ramos, Salah, desde entonces, se ha empleado a fondo para superar su lesión en un hombro.
En a última semana, ha hecho hasta tres entrenamientos diarios, incluso por la noche, y a las órdenes del fisioterapeuta español Rubén Pons, su hombre de confianza para superar la lesión. De momento, su entrenador parece que podrá contar con el jugador del Liverpool, pero habrá que esperar hasta el último momento para ver si su nombre aparece en la alineación oficial.