A medida que el partido avanzaba, la plaza Matriz, situada en el corazón de la Ciudad Vieja, se fue llenando de hinchas, muchos de los cuales decidieron lucir el pabellón nacional sobre sus abrigos.
Hasta el vendedor de frutos secos del lugar optó por recubrir su puesto ambulante con una bandera de Uruguay para así ir a tono con los lazos celestes que decoran algunos de los edificios del entorno.
No obstante, la audiencia tuvo que esperar hasta el minuto 22 del primer tiempo para poder gritar «¡Uruguay nomá!» y celebrar el gol de saque de esquina de Luis Suárez, diana que fue acompañada en la capital austral con pitidos, aplausos y algún que otro petardo.
«Uruguay va bien, tenemos los dos mejores delanteros del mundo, la mejor defensa y un medio campo sensacional», explicó a Efe Darío Maquiera, un contable que trabaja «a una cuadra» de la plaza.
El administrador, además, detalló que tanto él como su colega decidieron ver este partido fuera de la oficina para así estar reunidos con el resto de los uruguayos.
El español Jordi Valls y la alemana Susana Bergner, que estaban visitando la capital más austral de América, también decidieron comprarse bufandas de Uruguay e hinchar por la Celeste.
«Está muy bien que pongan una pantalla grande para que la gente lo vea», opinó el turista español, que además se alegraba de que el buen tiempo haya acompañado el partido.
Por su parte, el brasileño Rodrigo de Marco, que se encuentra en un viaje de negocios en Montevideo, comentó a Efe que él apoya a Uruguay ya que se trata de un país suramericano.
También pronosticó que Uruguay iba a ganar el partido con tres goles, aunque este resultado no se cumplió.
El tanto de Suárez, que cumplía hoy 100 partidos con Uruguay, fue el único que se pudo celebrar, pero aseguró la participación de la selección charrúa en octavos de final por tercer Mundial consecutivo.
El resultado también colocó en octavos al país anfitrión, Rusia, con el que los uruguayos se jugarán el próximo lunes el primer puesto del Grupo A y un posible cruce con España o Portugal en la última jornada.