La efectividad, una defensa dura y contundente, victorias efectivas sin excesivo brillo, el sigiloso camino sin alardes hacia el triunfo y una marca atlética con nombres propios, han provocado que la comparación de los hombres de Óscar Washington Tabárez con los de Simeone sea inevitable.
Los dos resultados de Uruguay, 0-1 contra Egipto y 1-0 contra Arabia Saudita han creado dos estados diferentes de ánimo entre la afición charrúa. Por un lado, se han conseguido un par de registros que no se veían hace tiempo: primero, Uruguay ganó su primer partido de un Mundial desde México 1970; y, segundo, por primera vez en su historia encadenó tres clasificaciones a octavos seguidas.
Pero, por otro lado, el juego no es muy vistoso. Es efectivo, pero no enamora. Y aunque eso no impide ganar títulos, algunos, como el «Maestro» Óscar Washington Tabárez, demandan más a sus jugadores. Luis Suárez, que marcó el gol del triunfo, tampoco se conforma.
«No se está jugando de la forma que nos gustaría, pero lo que vale es el resultado y estamos más que orgullosos que Uruguay lleva tres mundiales consecutivos clasificándose para octavos. Hay que cambiar cosas», dijo el delantero del Barcelona tras marcar a Arabia Saudita.
La clave de esas «cosas» que hay que cambiar la dio Tabárez cuando analizó el partido en rueda de prensa. Como ante Egipto, no quedó nada contento con los primeros 45 minutos de Uruguay. Y, curiosamente, la llave de la mejoría charrúa pasa por parecerse más al Atlético de Madrid.
«El primer tiempo me preocupó mucho, pasaban los minutos y no encontrábamos la manera de jugar en campo rival, crear problemas defensivos a Arabia, y no insistimos con lo que daba resultado: el pase largo», desveló.
Ese pase largo es el que usa a menudo Diego Godín en el Atlético. La prolongación de Simeone en el Wanda Metropolitano también es la prolongación de Tabárez en el césped. Y, si el juego de Uruguay ya se parece mucho al del conjunto rojiblanco, cuando Godín haga efectiva esa orden en los próximos partidos se asemejará aún más.
Además, el «Maestro» ha utilizado dos centros del campo diferentes en sus encuentros. El primero, con cuatro chavales que no llegaban a una media de edad de 23 años (Nandez, Vecino, Bentancur y De Arrascaeta). Un equipo de control y toque. El segundo, sin De Arrascaera y Nandez y con «Cebolla» Rodríguez y Carlos Sánchez en las bandas. Más electricidad. Más Atlético. «El Maestro», explicó después su idea.
«Esto de la posesión parece que se transformó en algo santificado. Cuando se hacen posesiones intrascendentes hay que buscar otro método, sobre todo con los puntas que tenemos», declaró.
Godín y José María Giménez son la base del Atlético de Madrid atrás y también son dos piezas clave en el esquema de Tabárez. Además, el dinamismo de un exatlético como el «Cebolla» y dos delanteros referentes como Luis Suárez y Edinson Cavani a la par de Diego Costa y Antoine Griezmann, hacen de Uruguay un equipo bastante rojiblanco.
Y más cuando se haga efectiva la orden de dar balones largos a los delanteros. Frente a Rusia, partido en el que se definirá el liderato del grupo A, probablemente se aplicará ese arma colchonera.
Y, probablemente, como hizo hasta en 11 ocasiones el equipo de Simeone este curso, puede que el combinado charrúa gane 1-0 otra vez. La mutación de celeste a rojiblanco es casi un hecho. Y, de momento, funciona.