Mientras el balón del Mundial de Rusia 2018 continúa rodando, Uruguay, que acogió en 1930 el primer campeonato del mundo de fútbol de la historia, ha rememorado en una exposición ese evento con la mirada puesta en repetir como sede un siglo después.
Fotografías, posters, invitaciones y otros objetos futbolísticos integran la muestra inaugurada hoy en el Museo de Arte Multimedia de Moscú para conmemorar aquel acontecimiento deportivo en el que Uruguay no solo fue sede sino también campeón.
«Los países pequeños tenemos la difícil tarea de destacar, y eso requiere esfuerzos y logros. Las imágenes de esta exposición reflejan el esfuerzo de nuestro país para organizar el primer Mundial, con milagros como el de construir un estadio en algo más de diez meses», dijo en la inauguración el viceministro de Relaciones Exteriores uruguayo, Ariel Bergamino.
Se refería al legendario estadio Centenario de Montevideo, en cuya construcción participaron más de mil obreros que trabajaron a contra reloj para terminar a tiempo, un proceso que queda plasmado en algunas de las fotos de la exposición.
También está expuesta una réplica del afiche oficial del Mundial de 1930, obra del pintor uruguayo Guillermo Laborde, y que de alguna manera ha inspirado el de Rusia 2018.
«Este afiche es una referencia permanente para nuestro país, y en su momento fue considerado como una propuesta estética novedosa», dijo a Efe el secretario nacional de Deporte de Uruguay, Fernando Cáceres.
«Los uruguayos sentimos que el afiche de Rusia de 2018 de alguna manera está inspirado en los trazos estéticos de este, con la utilización de la figura del arquero, que en este caso es anónimo y en el caso de Rusia es Lev Yashin, la araña negra», añadió.
Para los uruguayos -destacó- «el fútbol es constructor de la identidad de nuestro país. Solemos decir sin soberbia pero con orgullo que en la primera mitad del siglo pasado allí se jugó el mejor fútbol del mundo».
Alfredo Etchandy, subsecretario nacional de Deportes, recordó la historia de ese primer Mundial, en el que la FIFA había designado a Uruguay como sede porque su selección había quedado campeona de fútbol en los Juegos Olímpicos de Amsterdam en 1928.
Muchos países decidieron boicotear la convocatoria porque consideraban que Uruguay estaba demasiado lejos y el traslado era muy costoso en plena crisis económica, y finalmente participaron 13 equipos, de ellos solo cuatro europeos: Francia, Bélgica, Rumanía y Yugoslavia.
El resto fueron americanos: Argentina, Chile, México, Brasil, Bolivia, Uruguay, Perú, Paraguay y Estados Unidos.
«Uruguay vivía una época dorada con democracia y justicia social, y les pagamos los pasajes a todos los jugadores», destacó Etchandy.
«Ahora queremos que se juegue la Copa del Mundo en 2030. Los esperamos en Uruguay con los brazos abiertos», afirmó, en alusión a la candidatura conjunta que ha lanzado junto con Argentina y Paraguay.
En aquel primer Mundial, Uruguay se proclamó campeona tras disputar la final con Argentina, el 30 de julio de 1930 en el estadio Centenario.
El equipo capitaneado por José Nasazzi se impuso por 4-2 a los argentinos, ante 63.000 espectadores.
El trofeo y la medalla también están expuestos en esta muestra de la colección del Centro Municipal de Fotografía de Montevideo y del Museo del Fútbol.
Sobre las expectativas en este Mundial de Rusia para la Celeste, Cáceres no quiso pronunciarse: «Nosotros no medimos los triunfos en base exclusivamente a tener un podio o un primer puesto. Consideramos el fútbol como un camino y una forma de celebrar la vida».
Precisamente, en vísperas de comenzar el Mundial de Rusia 2018, el estadio Cosmos Arena de la ciudad de Samara recibió un trozo del césped del Estadio Centenario, donde Rusia y Uruguay disputarán su tercer partido el 25 junio.