Las cinco claves del éxito de Uruguay

Juan José Lahuerta | Nizhny Novgorod (Rusia) (EFE)

Uruguay, con pleno de victorias tras ganar a Egipto (0-1), a Arabia Saudita (1-0) y a Rusia (3-0), completó una primera fase casi perfecta con la que alcanzó los octavos de final. A lo largo de los tres partidos mostró un gran nivel apoyado en cinco claves con las que consiguió ocupar el liderato del grupo A para enfrentarse a Portugal en la siguiente ronda:

1. Un maestro llamado Tabárez

Sin duda, Óscar Washington Tabárez es el gran culpable del éxito de Uruguay. El técnico más veterano del Mundial (71 años) y el segundo de la historia sólo por detrás de Otto Rehhagel, es un padre para sus jugadores. Es el hombre que desde hace doce años ha conseguido dar una identidad a una selección que, en 2006, cuando accedió al cargo por segunda vez, estaba desubicada.

Su trabajo, a largo plazo, y con mucha atención en las categorías inferiores, ha dado sus frutos y Uruguay es un equipo muy bien armado con estrellas experimentadas y con jóvenes promesas. la figura de el «Maestro», venerado por sus hombres gracias a su sabiduría, a su buen manejo del vestuario y a sus grandes dotes para sentarse en un banquillo, han sido clave para que el conjunto charrúa completase una primera fase redonda.

2. La defensa, un muro; Godín, un líder

Es una de las señas de identidad de Uruguay y lo sigue siendo. Su fortaleza defensiva se mantiene intacta y lo demuestran los datos: no ha recibido ni un sólo gol en ninguno de los tres partidos que ha disputado. En el centro, dos hombres marcan el paso: José María Giménez y Diego Godín.

Sobre todo el segundo, que es el verdadero referente de Uruguay, todo un líder con jerarquía que desde su posición es la extensión de Tabárez sobre el césped. Godín es el alma de Uruguay y junto a Giménez, el joven Guillermo Varela y el lateral izquierdo Martín Cáceres, forman un muro que, hasta el momento, es insuperable.

3. Bentancur marca el paso

El jugador del Juventus no suma muchos partidos internacionales con Uruguay. En concreto, diez con los tres que ha disputado en el Mundial de Rusia. Apareció en mayo de 2017 en un partido de clasificación para la Copa del Mundo ante Venezuela, y, desde entonces, es indiscutible en el once titular.

Es, junto a Matías Vecino, el referente del centro del campo. Pero, a diferencia de su compañero, aporta un punto más de calidad que ha conseguido cambiar el estilo aguerrido de Uruguay. Ahora, mantiene esa identidad pero con el joven Bentancur (21 años), Uruguay quiere más la pelota y juega otro fútbol igual de efectivo con el que ha llegado hasta los octavos de final.

4. Y apareció Luis Suárez

Criticado después de fallar cuatro ocasiones claras en su estreno ante Egipto, Luis Suárez vivió con presión durante varios días hasta el siguiente encuentro. Arabia Saudí iba a ser su prueba de fuego para callar a sus detractores y lo hizo. Suyo fue el tanto de la segunda victoria de Uruguay el día que cumplió cien partidos internacionales.

Y, después, frente a Rusia, volvió a aparecer con un gran gol de falta con el que sumó siete goles en los Mundiales, a sólo uno de Óscar Míguez, el máximo artillero histórico del conjunto charrúa en las Copas del Mundo. El mejor Luis Suárez se escondió un día y apareció después. Y, para añadir rock and roll a la delantera uruguaya, Edinson Cavani recuperó su olfato el último día. La dupla más intimidante del Mundial, está en forma.

5. Menos garra, menos tarjetas, buenos resultados

En los tres primeros partidos, Uruguay, con un cambio de estilo, recibió cartulina amarilla a falta de media hora para el final de la primera fase. La vio Rodrigo Bentancur ante Rusia. Esa amonestación es un símbolo. Desde que las sanciones se instauraron en el Mundial de México 1970, sólo en aquella cita, Uruguay recibió una tarjeta en la fase de grupos. En sus siguientes Copas del Mundo, la catarata de cartulinas fue increíble.

En total, vio 42, 17 de ellas con Tabárez al mando. De repente, todo ha cambiado y Uruguay ha aparcado su juego duro para convertirse en una selección más alegre con la pelota aunque a veces sea previsible. Pero, ese cambio, permitirá a Tabárez tener a casi todos sus hombres limpios de tarjetas. Y, además, ha ganado. Por primera vez en la historia, el conjunto charrúa se ha llevado la victoria en los tres partidos de una fase de grupos.

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