El Uruguay-Portugal de octavos de final del Mundial de Rusia es un enfrentamiento prácticamente inédito. Por lo menos, en partidos oficiales. Será el primero de esa índole entre ambas selecciones. Pero hubo un par de veces en las que charrúas y lusos sí se vieron las caras. Fue en dos partidos amistosos, en 1966 y en 1972.
El primero, en Lisboa, en el estadio Nacional (3-0 para Portugal). El segundo, en Río de Janeiro, en Maracaná (empate a un gol), en el Torneo Independencia de Brasil, un campeonato amistoso internacional que se disputó entre el 11 de junio y el 9 de julio de 1972 para conmemorar el 150 aniversario de la Declaración de la Independencia de Brasil.
En ambos, jugó un futbolista llamado Eusébio da Silva Ferreira, la «Pantera Negra», que en los dos encuentros fue un auténtico incordio para Uruguay, que en esos momentos, buscaba de nuevo su identidad tras ganar el Mundial de Brasil 1950 y de hacer una buena actuación en Suiza 1954.
La acabaría encontrando en el Mundial de México 1970, en el que llegó a las semifinales, y acabaría en la cuarta posición después de perder contra Alemania en el partido por el tercer y cuarto puesto.
Justo antes y justo después de ese éxito en el que la base de Uruguay eran nombres como el mítico portero Ladislao Mazurkiewicz, Luis Cubilla, Pedro Rocha o Julio Montero Castillo, se midió a Portugal, que en 1966 y en 1972 se encontraba en dos momentos diferentes.
En 1966, se enfrentaron justo antes del inicio del Mundial de Inglaterra. El choque iba a servir para que las dos selecciones prepararan un campeonato en el que Portugal acabó en la tercera posición y en el que Uruguay fue eliminada por Alemania en octavos de final.
En aquel amistoso, la gloria se la llevó José Torres, que hizo los tres goles de Portugal. Pero las crónicas destacan la grandiosa actuación de Mario Coluna y, sobre todo, de Eusebio, que ya por aquel entonces era un ídolo del Benfica campeón de Europa de 1962 y que se convertiría en el máximo goleador del Mundial de Inglaterra con nueve tantos.
Eusebio desquició a Uruguay con sus arrancadas, con su velocidad y con su explosividad. El «felino» condujo hacia la victoria a Portugal, que pudo con un equipo en el que sólo jugó Víctor Espárrago y en el que Mazurkiewicz y Rocha, ya en la selección, no disputaron ni un minuto.
Seis años después, de nuevo, Uruguay y Portugal volvieron a cruzarse en otro amistoso. El combinado charrúa estaba en plena resaca del éxito del Mundial de Alemania y Portugal estaba en retirada. De hecho, no conseguiría clasificarse para la Copa del Mundo de Alemania 1974 y Eusebio dejó la selección ese mismo año.
El torneo en el que se enfrentaron por segunda vez, la Copa Internacional de Brasil, era un poco menos amistoso. Había en juego un trofeo y participaron equipos como Francia, Colombia, Argentina, Chile, Irlanda, Ecuador, Irán, Paraguay, Yugoslavia, Perú, Brasil o la Unión Soviética.
Hubo dos fases de grupos y aquello fue una especie de Copa Confederaciones, ahora oficial. Uruguay y Portugal se encontraron en la fase definitiva y firmaron un empate en el que los lusos merecieron un resultado mucho mejor.
Dominaron casi todo el partido con dos actuaciones sobresalientes del extremo Adolfo Calisto y de Eusebio, que una vez más amargó a Uruguay, que, sin embargo, se adelantó en el marcador con un gol de Jaime Graça tras un fallo del portero José Henrique en una mala salida.
Portugal empató por medio de Ricardo Pavoni, que destrozó la red de la portería charrúa con un disparo tremendo desde fuera del área tras una asistencia de Eusebio. Su tanto, permitió a Portugal liderar su grupo y acceder a la final que perdió 1-0 con el Brasil de Jairzinho, Gerson, Tostao y Rivelino (Pelé ya no estaba).
Décadas después de aquellos partidos amistosos, por fin Uruguay y Portugal se enfrentarán en un partido oficial. Los octavos de final del Mundial de Rusia han juntado a dos selecciones que, si echan la memoria hacia atrás para recordar sus partidos, verán la figura del gran Eusébio, el hombre con el que no pudo Uruguay.