Nizhny Novgorod (Rusia), 5 jul (EFE).- Didier Deschamps, seleccionador de Francia, sabe perfectamente que el partido ante Uruguay no será igual que el que disputó ante Argentina en octavos de final. Detrás del conjunto charrúa, hay otro estilo muy definido y casi cultural que debe contrarrestar para llegar a semifinales.
El entrenador del conjunto galo se encontró frente al cuadro de Jorge Sampaoli con una pista de atletismo perfectamente adaptada para Kyliam Mpappé. El jugador del París Saint-Germain aprovechó la autopista argentina para destrozar al combinado sudamericano.
Pero ahora todo será distinto. Uruguay no cede espacios, acumula jugadores por delante de su portería y casi nadie es capaz de meterle un gol. Deschamps tuvo un lapsus durante la rueda de prensa previa al duelo y dijo que nadie le había marcado desde el mes de noviembre. No es la realidad. El portugués Pepe, en octavos, hizo un tanto a los uruguayos, que hasta cuando reciben un gol, parece que no se lo marcan.
Deschamps, ante los medios de comunicación, dejó claro que Uruguay tiene una forma de ser casi antropológica. Todos defienden y atacan muy bien. Y mostró su preocupación por ello.
«Es una cuestión cultural, para ellos está escrito en sus genes. Está la calidad en la defensa, un grado de agresividad, el uso del cuerpo y los brazos. Saben hacerlo muy bien. Defienden siempre, independientemente de si el adversario tiene al balón o no. Es difícil», argumentó.
«Saben defender muy bien todos juntos. Si tienen que estar los diez debajo de la portería, ahí están los diez. Les da igual y defienden todos. Pero tienen también un juego muy vertical y unas transiciones muy buenas. La relación entre Cavani y Suárez ha sido fantástica. No tienen el mismo perfil, pero saben buscarse y ocupar unas posiciones muy precisas», agregó.
Además, Deschamps destacó a un jugador del que parece estar muy pendiente y que tiene peculiaridades diferentes a las de sus compañeros. Es Rodrigo Bentancur, que aporta detalles diferentes a Uruguay, tal y como resalto el seleccionador francés.
«Bentancur acelera mucho el juego con o sin balón y esto le da mucha fuerza a Uruguay para pasar de la defensa al ataque. Con jugadores como Bentancur y sus compañeros hay que tener cuidado», apuntó.
Deschamps también dejó claro que el perfil de Uruguay es diferente al de Argentina y dejó en el aire una palabra clave para derrotar a su rival: paciencia.
«Están muy organizados en defensa. Han encajado muy pocos goles. Son muy buenos en defensa y también en lo ofensivo. Son fantásticos en las transiciones. Pasan de la defensa con mucha verticalidad. Tienen delanteros que son fantástico. También en las jugadas a balón parado. Es un adversario de mucho cuidado».
Y, el autor de este estilo, no es otro que Óscar Tábarez. Deschamps guarda un «respeto» profundo por el entrenador de Uruguay, que, a su juicio, ha hecho una labor «extraordinaria» en un país que sólo tiene tres millones de habitantes.
«Tienen una selección increíble. Fueron semifinalistas en Sudáfrica 2010 y ahí siguen. No voy a decir que admiro a Tabárez pero le tengo un gran respeto por lo que ha hecho y sigue haciendo», indicó.
Uruguay, con una delantera implacable que puede quedar mermada por la ausencia de Edinson Cavani, con un defensa férrea y con una actitud incansable de todos sus jugadores, pueden ser un problema para Deschamps, que sabe perfectamente que su rival no son once jugadores instruidos para ganar. Para Deschamps, la fortaleza charrúa está basada en la genética.