Los pecaríes de collar reintroducidos hace un año por Montes del Plata lograron adaptarse a la zona donde fueron liberados en el departamento de Paysandú, según el seguimiento hecho por técnicos expertos de la empresa forestal.
Los registros de las cámaras colocadas en la zona por la compañía detectaron un total de 177 imágenes de los pecaríes y permitieron confirmar en mayo de 2018 la presencia de crías, lo que indicó el resultado positivo de la iniciativa. Además, se identificaron dormideros y fecas, lo que permitió comprobar tanto el lugar en el que descansan como la dieta que están manteniendo.
El proceso de reinserción de esta especie – extinta en Uruguay desde principios del siglo XX- comenzó hace 17 años cuando se trasladaron cuatro pecaríes de collar desde Argentina al Bioparque M’Bopicuá, una reserva de fauna autóctona de Montes del Plata ubicada a pocos kilómetros de Fray Bentos. Allí se reprodujeron de forma sostenida y, tras la autorización de la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama), el bioparque llevó a cabo la reinserción de 140 ejemplares.
“Las acciones que llevamos adelante con los pecaríes responden a uno de los objetivos centrales del bioparque: lograr la cría ex situ de especies autóctonas para su posterior reintroducción en la naturaleza. Complementariamente se desarrolla un programa de educación sobre la conservación de la naturaleza con instituciones educativas, para sensibilizar sobre la importancia del cuidado del medio ambiente”, señaló el coordinador del Bioparque M´Bopicuá, Juan Villalba Macías.
El Bioparque M’Bopicuá cuenta con otras experiencias positivas de reinserción previas, tanto de coatíes como de yacarés. Actualmente lleva adelante un proyecto de cría y reproducción de osos hormigueros, habiendo sido el primer sitio del país que logró su reproducción en cautiverio.
Para la reintroducción del Pecarí fue necesaria una planificación importante en la que estuvieron implicados diversos actores, entre ellos las facultades de Ciencias y Veterinaria de la Universidad de la República, distintas ONGs, la Dinama y el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca. Esta incluyó desde la preparación de los animales, con exhaustivos controles sanitarios, hasta la identificación del sitio adecuado para su liberación: un lugar cercano a las palmeras de yatay, uno de los alimentos predilectos de estos animales herbívoros.
Además, se involucró a la comunidad de la zona generando instancias de formación con técnicos propios y de la Dinama que brindaron charlas a escolares y a trabajadores de silvicultura, cosecha y pastoreo con el fin de presentar las características del animal y su aporte al ecosistema.
“La cooperación con actores relacionados a la conservación, como la Academia, ONGs, el Sistema Nacional de Áreas Protegidas y el involucramiento de la población local fueron fundamentales para que el proceso resultara exitoso”, señaló el coordinador de Medio Ambiente de Montes del Plata, Horacio Giordano.
A su vez, agregó que “el bioparque en su conjunto es tan solo una de las formas en que se plasma el compromiso de Montes del Plata con el cuidado del medio ambiente. El uso responsable de los recursos naturales en todo el proceso de producción, el cuidado del suelo, el agua y la biodiversidad; la utilización de las mejores técnicas y las últimas tecnologías para la producción forestal y de celulosa son fundamentales”.
Como consecuencia de una cuidadosa planificación forestal más de un 35% de los suelos que componen el patrimonio de la compañía no están forestados, sino que se destinan a otros usos como el pastoreo de ganado, la apicultura, la conservación de praderas naturales, monte nativo, palmares y humedales de alto valor.
Actualmente, el seguimiento de los pecaríes continúa a través de recorridas sistemáticas en la zona y controles trimestrales mediante cámaras trampa controladas por una bióloga experta en la materia, que permiten seguir evaluando la adaptación de la especie en el medio natural.