Lenta pero inexorablemente la planta de Punta Pereira comienza a generar opiniones negativas en la opinión pública local.
Es que el apagón sufrido la semana pasada y la notificación ciudadana de mal olor en zonas de Nueva Palmira y Carmelo dejó al descubierto que la zona de impacto ambiental es mucho más grande de lo que se suponía. Desde la empresa relativizaron el hecho, descartaron que cause daños y responsabilizaron al fuerte viento que habría trasladado «el olor a gas» que aclararon no es inflamable.
Montes del Plata destaca en su página web oficial que el Complejo Industrial de Montes del Plata no contamina, «se considera contaminación ambiental cuando se incorporan sustancias nocivas a los recursos naturales (aire, agua y suelo), en calidad y cantidad que puedan provocar un daño sanitario, económico, ecológico, social o estético.»
A esta información oficial de la empresa las autoridades ambientales deberían explicar qué sustancia fue la que se percibió en el aire en zonas como Carmelo y Nueva Palmira. Pero hasta hoy no hubo respuestas oficiales al evento y tampoco MDP aclaró el mismo en formato escrito. Sí respondieron los voceros quienes estuvieron atentos y dispuestos a hablar con la prensa y la gente, pero los comentarios negativos y cuestionadores igual se fueron propagando.
MAL OLOR y la DINAMA
El «mal olor» ya tiene antecedentes de sanciones a nivel de papeleras, en abril de 2016 el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente sancionó con 500 unidades reajustables ($ 447.770) a la empresa UPM porque no comunicó la eventualidad de malos olores a raíz de la incorporación de tecnología para reducir niveles de fósforo en sus vertidos.
En el caso de Montes del Plata la semana pasada hubo una parada no programada debido a un corte de energía eléctrica en el Complejo.
A este hecho se agrega que que hubo un evento que no tiene conexión con estos escapes de gases, donde se registró un incendio en oficinas de ingreso al Complejo.
Fuentes consultadas que trabajan en la planta aseguran extraoficialmente que ya se debería haber realizado la parada anual, pero que se viene postergando por motivos desconocidos.
La opinión pública comienza a molestarse
En las redes sociales esta semana comenzaron a surgir diversas voces preocupadas por estos sucesos. Montes del Plata señala que «los episodios de olor se pueden percibir durante el inicio y el final de la parada general de planta que se realiza una vez al año, en tareas específicas de mantenimiento de la operativa y en situaciones especiales en la planta. Ninguno de estos eventos puede perjudicar la salud,» concluyen.
Pero la gente comienza a tener dudas, «horrible el olor como a podrido no sé si será gas u otra cosa,» afirmaba Luz Poletti, «por que que creen que Europa se está desintoxicando de las papeleras, e invierten en América Latina e instalan papeleras??», se cuestionaba Adriana Salaburu. «El sábado a las nueve en el Cerp colonia hay una reunión sobre medio ambiente para proyectar el futuro, sería bueno que todos los que somos consciente de lo malo que es tanto el glifosato como las papeleras estemos proponiendo y trabajando para cambiar nuestro ecosistema de lo contrario todos los comentarios son en vano, publicó Heloisa Cueio, entre otros comentarios. Jesus Camacho posteaba «Jaja puro verso , será bueno el gas ? Si llega tantos kilómetros es una fuga importante, que pasaría si mañana tuvieran otra fuga de otro gas ? Que pasaría ?»
Ese día la información de los malos olores en la zona producto de un corte de energía eléctrica fue trending topic, la más consultada por miles de usuarios de la zona y la región.
¿A qué se debe el mal olor?
El olor a “huevo podrido” se debe a la liberación de productos azufrados, como el dióxido de azufre (SO2), súlfuro de hidrógeno (H2S) y compuestos gaseosos organosulfurados no condensables que se denominan TRS (Total Reduced Sulphur, Azufre Total Reducido) y que provienen del proceso de pulpaje, cocción o digestión de la planta, y también de los evaporadores y hornos de cal, advierte una nota científica de Lignum Chile.
“Los gases TRS son un subproducto del proceso de pulpaje, extremadamente malolientes e inflamables”, dice Enrique Lynch, gerente de la División de Proyectos de Medio Ambiente de Nicolaides. “Se deben a la utilización de componentes sulfurados para extraer la lignina que mantiene unidas las fibras de madera”.
«Los olores no solo son desagradables, sino que los altos niveles de Material Particulado inhalable (MP) suspendido en el aire producen irritaciones en las vías respiratorias e inciden en diversas enfermedades. Es por ello que las plantas deben, en lo posible, ubicarse en zonas rurales», advierte Javier González, profesor titular de la Facultad de Ciencias Forestales y Conservación de la Naturaleza de la Universidad de Chile.
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