Este domingo se abrió al público la Estancia y Capilla Narbona y allí estaba como siempre María Julia Casanova. En la actualidad se encuentra jubilada y las autoridades del Ministerio de Educación y Cultura trabajan en un borrador para dar un marco legal a su residencia en ese lugar.
«Mi jubilación es una miseria y no me pagaron las 36 licencias», dice Julia quien adelanta que volverá a golpear puertas en Montevideo.
El borrador que presentaron desde el MEC contemplaría que ella viviera en ese lugar de por vida y a su vez delimitaría una zona para que pudiera usufructuar en forma privada.
Julia sostiene que ella no piensa irse de ese lugar, «esta es mi casa y lo será hasta que muera» advierte, quien está a la espera de una respuesta que hasta hoy no llegó.
Según la señora, Nelson Inda, Director de la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación, sabe muy bien la situación actual de la ahora jubilada funcionaria. Por el momento no hay una solución que destrabe la situación. Ayer por ejemplo Julia fue quien abrió y cerró la capilla, a pesar de ya no ser funcionaria. Y lo hace sencillamente porque lo viene realizando desde siempre.
Pensar ese lugar sin Julia es comenzar a rediseñar un plan de gestión que ocupa el mantenimiento del sitio en condiciones, la protección y seguridad del mismo, la presencia de personas que reciban a los visitantes; tareas éstas que venía realizando la cuidadora desde hace 36 años.
Por eso, se explica que estuvo cerrado el lugar seis meses, pero cuando le preguntamos a Julia qué dicen las autoridades responde «ellos dicen lo mismo: van a ver, van a ver, van a ver.»
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