«Si no tuviéramos libertad de acción, tanto en el campo de la moral como en el de la política y los problemas sociales,nuestra libertad de expresión quedaría limitada a la propaganda para respaldar el estado actual de cosas y prevenir toda innovación».
William O.Douglas
Juez de la Corte Suprema de los Estados Unidos (El derecho del pueblo, I.C. 1957)
Por Elio García
Las palabras pertenecen al Ministro Víctor Rossi en su primera visita al Puente Giratorio después de la tragedia. Fueron dirigidas a quien escribe esta nota de opinión cuando intenté conocer sobre sus responsabilidades.
Hoy casi todos los políticos, cuando deben enfrentarse a un asunto complejo, piden que el mismo quede fuera del análisis político y se enojan y critican al periodista.
Eso si, el Ministro tiene todas las licencias para hacer política a su modo.
Puede descalificar el trabajo periodístico. Puede intentar aceptar la participación -nada lo inhibe- en una reunión política con la departamental del Frente Amplio en Carmelo para dar insumos en la defensa de su gestión. Esto fue confirmado por el Presidente del FA de Colonia, y también se conoció que luego abortaron la reunión por filtración a la prensa.
Puede irrumpir pidiendo permiso pero sin aviso previo a la Junta Departamental de Colonia y además nos dicen que llegó sin siquiera avisar a su fuerza política. Bueno…esto solo un creyente puede aceptarlo.
Es la política
El problema de la política es que con palabras como las del Ministro, la vuelven en el imaginario social en una mala palabra. «Esto no es político» dice cada vez más la gente común cuando encara problemas de todos.
Hacer política en Uruguay es un pecado, y lo dicen quienes ocupan cargos políticos e incluso gremiales. Así que imaginemos que piensan aquellos que no tienen esa oportunidad laboral y no están organizados.
Parece que el debate político y la discusión es patrimonio de los partidos políticos y de los cabildeos a puertas cerradas. Así nos va.
Es la política, estúpido
Deslegitimar al periodista por «hacer política» y tratar como «tonterías» los puntos de vista que se consultan es una postura que abona la intolerancia y peor aún la ignorancia.
La desesperación de Rossi es notoria, porque el tema de fondo es político. Esencialmente político. Y las consecuencias también son políticas.
Aquí poco cambió algo que estaba así desde hace décadas. Todo siguió bastante parecido que antes del año 0.
Más allá de los elementos presentados dentro de los trámites burocráticos que se llevaron a cabo, es increíble que el propio Ministro ponga en jaque la gestión de sus colegas del Ministerio de Defensa y del Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente al pasarse la pelota de las responsabilidades.
Y esto se dice en una conferencia de prensa, lo dice un Ministro, y es muy claro, Rossi nunca recibió respuesta del comunicado alertando de la situación del Puente Giratorio en mayo de 2016 por parte de sus colegas Eneida de León y Jorge Menéndez, con quien comparte mesa casi todas las semanas en los Consejos de Ministros.
Para más exactitud hace dos años y siete meses que Rossi está sin respuestas.
El Ministro denunció que la Prefectura Nacional Naval fue la que autorizó en el año 2006 el ingreso de cuatro embarcaciones, que los intentos por regular diversas situaciones fueron infructuosos, había un riesgo potencial en la navegación y en el medio ambiente y también a infraestructuras, entre ellas al puente giratorio.
Preguntas políticas
Claramente todo apunta a responsabilildades políticas, frente a esta situación:
- ¿Cuáles fueron las políticas preventivas para «blindar» la zona ante un posible desastre?,
- ¿Qué hizo la Ministra Eneida de León para dar garantías a la población en cuanto a los continuos derrames de hidrocarburos que se venían sucediendo año a año en su gestión?
La prevención de riesgos tiene por objeto promover la mejora en la seguridad y salud de los habitantes mediante la aplicación de medidas adecuadas y procedimientos necesarios y obligatorios. La integración de sistemas para prevenir situaciones catastróficas ¿dónde están en el Uruguay del siglo XXI?.
El marco de seguridad que debe brindar el Estado no puede depender exclusivamente de la impericia de privados.
La responsabilidad general de lo que está pasando en nuestro territorio viene siendo administrada justamente por el Estado Uruguayo, las preguntas válidas son:
- ¿Por qué no actuaron antes desde la evaluación y el monitoreo permanente?
- ¿Por qué no invirtieron en infraestructura para que no sucediera lo que finalmente ocurrió?
- ¿Dónde están las políticas de prevención ante posibles escenarios de catástrofe?
Ni tonto, ni político, es desde el periodismo que le hacemos estas preguntas señor Ministro.