En los días de verano las fuentes toman un mayor sentido y protagonismo. El hecho de que existan esta clase de elementos ornamentales hace que se enriquezca la zona, puesto que siempre se necesita un área de descanso donde la gente se relaje favoreciendo así la comunicación entre personas.
Además del atractivo que resulta del vínculo emocional que genera con el ciudadano y el medioambiente, las fuentes sirven, sobre todo en ciudades calurosas como la nuestra, como climatizadores de ese ambiente.
La fuente de la Plaza Independencia tiene un problema técnico de difícil resolución. Desde su inauguración el sistema que permite la circulación de agua en la misma tiene problemas. Y no funciona.
Sería importante ir por una solución definitiva. Una fuente sin agua es algo que deja la imagen de abandono. La Plaza Independencia merece una mayor atención en todos los aspectos. Hasta ayer 21 de enero por ejemplo estaba aún colocado un «árbol» de navidad, que ya ha perdido parte de los objetos que lo decoraban.