Las intensas lluvias caídas la pasada semana volvieron a inundar el paso conocido como “Picada Albertano”, pero esta vez la historia casi termina en tragedia.
El pasado jueves 6 de agosto una camioneta conducida por una mujer de 37 años de edad, oriunda de la ciudad de Montevideo, quedó atrapada por el agua en dichas inmediaciones, teniendo que ser rescatada.
Alrededor de las 20.30 horas una llamada de auxilio recibida a través del 911 derivó en la búsqueda de esta persona que decía haber sido arrastrada con su vehículo por la gran corriente de agua existente en el lugar.
El Agente de 1º Fabricio Báez y su compañero y superior fueron los encargados de ubicar a la persona en problemas, ya que se encontraban de servicio en la Seccional 11º El Chileno.
Los uniformados se dirigieron hasta el lugar que se les indicó a través de la mesa del 911 y se encontraron con una zona totalmente inundada y oscura, lo cual les impedía localizar a la mujer atrapada allí.
Luego de chequear el área por algunos minutos y no divisar a nadie, decidieron regresar pensando que se trataba de un error, pero fue justo en ese momento en el que el policía Fabricio Baéz creyó escuchar una voz pidiendo auxilio.
“Apagué las luces y el motor de nuestro móvil y fue ahí cuando la pude escuchar bien” dijo Báez a Carmelo Portal. “Corregimos la posición de nuestro vehículo apuntando nuestras luces hacia donde había un brillo, el cual resultó ser la luz de la cabina de la camioneta”.
Fabricio empezó a intercambiar gritos a la distancia tratando de calmar a la mujer atrapada en el paso de la picada, mientras pedían apoyo a personal de Bomberos y Prefectura, ya que consideraban necesario contar con los implementos de seguridad que dichas fuerzas utilizan en estos casos.
Pero el tiempo apremiaba y el temor del joven policía era que “la camioneta fuera arrastrada por la corriente y la señora se ahogara” confesó a nuestro medio, entonces “decidí meterme al agua e ir a buscarla”.
“Cuando ella vio que yo entraba al agua me empezó a gritar que no fuera porque decía que me iba a arrastrar, pero ya estaba decidido a hacerlo y seguí adelante. Lo hice porque tenía la percepción de que la camioneta se podía desenganchar del alambrado y los arbustos donde estaba atrapada y correr para el cauce principal en cualquier momento” añadió nuestro entrevistado.
Báez dijo además “si yo hubiera tenido la seguridad de que la camioneta no se iba a mover de ahí, tal vez hubiese esperado a que llegaran los Bomberos con una cuerda u otros elementos, pero sentía que la señora corría riesgo de vida”. “No me imagino no haber tomado el riesgo, sentí una obligación moral, y seguramente me hubiese torturado la idea de que a la señora le hubiese pasado algo si yo no iba a rescatarla”.
Sin importar el frío ni la poca visibilidad, Fabricio Báez se sacó el uniforme y llegó hasta la camioneta sumergida en el agua, logrando un rescate exitoso que duró alrededor de media hora.
La corriente era intensa y volver con la persona que había pedido auxilio no fue tarea fácil. “El momento más complicado fue cuando ella perdió el dominio de su cuerpo y casi la arrastra la corriente. Por suerte llegué a tomarla del jean y seguimos el camino hacia tierra firme, pero fue algo dramático”.
Horas después de este hecho, la mujer que había sido rescatada por Báez fue hasta la seccional policial donde el joven cumple funciones para agradecerle el gesto que había tenido aquella noche que quedará para el recuerdo.
El Agente de 1º Fabricio Báez no sólo tuvo el reconocimiento de la persona a la que rescató, sino también de gran parte de la sociedad que se fue enterando de su heroica acción. Sin embargo, desde Jefatura de Colonia no hubo ni siquiera un contacto telefónico por parte de sus superiores para felicitarlo por arriesgar su vida al servicio de la Policía.
Según pudo saber Carmelo Portal, Fabricio no sólo debería recibir las felicitaciones por parte de los superiores policiales, sino que dentro del reglamento, su acción debería ser reconocida con un ascenso dentro de la fuerza policial.