El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, encarcelado desde el año pasado por una condena por corrupción, rechazó la autorización que recibió este miércoles de la Justicia para salir de la cárcel y encontrarse con su familia tras el entierro del cuerpo de su hermano mayor.
Lula, al que le fue negada la autorización para acudir al funeral de su hermano muerto la víspera pero sí se le permitió encontrarse con su familia en un cuartel militar en Sao Paulo, prefirió permanecer en su celda en la sede de la Policía Federal en la ciudad de Curitiba, a donde mañana pretende recibir sus familiares, dijeron este miércoles dirigentes del Partido de los Trabajadores (PT).
«Lula no tiene motivos para encontrarse a escondidas con su familia como si eso fuese un favor de la Fiscalía y de la Justicia», afirmó el diputado Paulo Pimenta, un importante dirigente de la formación izquierdista, citado en el twitter del PT.
Según Pimenta, Lula consideró que la decisión de la Justicia de impedirle despedirse de su hermano mayor en el cementerio de la ciudad de Sao Bernardo do Campo y de autorizarle una reunión con familiares en un cuartel militar forma parte de la persecución política de la que se dice víctima.
De acuerdo con el parlamentario, el expresidente asegura que tal decisión partió del ministro de Justicia, el exjuez Sergio Moro, que fue precisamente el magistrado que condenó a Lula a prisión en primera instancia en uno de los procesos por corrupción que instruyó contra el exjefe de Estado.
Lula «no va a viajar a Sao Bernardo do Campo porque no pretende someterse al circo montado por Sergio Moro», agregó Pimenta.
De acuerdo con voceros del PT, Lula quería acudir al entierro de su hermano pero la Justicia tan sólo le autorizó una reunión familiar cuando el cuerpo de Genival Inácio da Silva, conocido como Vavá, ya había sido sepultado.
«Es lamentable que la decisión sólo haya salido a esa hora. Y no era para ver el cuerpo de Vavá sino para hablar con la familia. Lula con mucha dignidad agradeció pero no viajará. No tiene sentido», agregó el exministro Gilberto Carvalho, que fue un importante colaborador de Lula en sus gobiernos (2003-2010).
Según los voceros del PT, Lula aprovechará que el jueves tiene derecho a visitas en la cárcel para reunirse con sus familiares.
«Mañana será día de visita y la familia estará con el presidente. Pero lo que Lula quería y nosotros queríamos era que viese a su hermano por última vez», dijo la presidenta del PT, la senadora Gleisi Hoffmann.
La presidenta de la formación fundada y liderada por Lula agregó que el expresidente considera que «no lo dejaron despedirse de Vavá por pura maldad».
La autorización para que Lula abandonase temporalmente prisión y se reuniese con su familia fue concedida por el presidente de la Corte Suprema, magistrado José Antonio Dias Toffoli, luego de que tanto la jueza de ejecuciones penales como un tribunal de segunda instancia negaran el permiso para el expresidente acudir al entierro.
La petición hecha por los abogados fue negada después de que la Policía Federal argumentara problemas logísticos para su traslado y para garantizarle la seguridad en medio del entierro en la localidad de Sao Bernardo do Campo.
Vavá, quien según el PT era una «figura paterna» para Lula, tenía 79 años y luchaba contra un tipo de raro de cáncer que afectó sus vasos sanguíneos. (EFE)