Por Prof. Marcelo Javier Andrade
El Archivo y Museo del Carmen se quedó con todos los salones construidos por el Grupo L1 Carmelo.
Ni uno lleva el nombre de Washington Alvariza, fundador del scoutismo católico en Carmelo. Vergonzoso por donde se lo mire.
Desagradecidos no sólo con la figura de Don Alvariza, si no también con todo el trabajo comprometido y generoso que realizó el grupo en Carmelo durante los años 1954 a 1995.
Ni un mísero espacio para colocar una placa con su nombre, o un pedazo de local genuinamnete construido por aquellos jóvenes, en los cuales me incluyo para mostrarle a las nuevas generaciones un banderín, una camisa, un libro, una revista, entre tantos valiosos objetos que componían el valor místico y simbólico del movimiento en Carmelo.
A esa voluntad de no querer ceder ni una baldosa, yo le llamo simplemente egoísmo.
Literalmente expulsaron a la juventud de aquel maravilloso lugar. Gracias por todo igual, y disfruten «a piacere» de esas instalaciones, donde ninguno de ustedes tuvo que «agachar la espalda» para concretar, ladrillo por ladrillo, esos espacios.