El periodista Alfonso Lessa reúne en su último libro las entrevistas que hizo a grandes personajes públicos que marcaron la historia, como a los nobeles de literatura Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa o al golpista uruguayo Juan María Bordaberry.
Según el escritor, las veintitrés entrevistas que incluye «De las armas, las urnas y las letras» (Debate) ayudan a hacer un «repaso a la historia de los últimos 39 años».
«El libro contiene a muchos que han marcado, por una cosa u otra un momento histórico. Incluso en el mundo de la música, por ejemplo está (Astor) Piazzolla, o en el de la historia uruguaya, ya que está desde Raúl Sendic padre, fundador de una guerrilla que tuvo mucho peso durante la dictadura, hasta Bordaberry, que dio el golpe de Estado», anotó a Efe el también profesor.
El objetivo de Lessa es que el lector se haga una idea de la persona que hay detrás de estos grandes personajes públicos, razón por la que cada encuentro cuenta con un texto introductorio en el que el autor recuerda el contexto en el que se dio la reunión y otros detalles claves de la personalidad.
Cada capítulo, además, cuenta con un apoyo visual del ilustrador Oscar Larroca, quién en sus caricaturas destaca pequeños «detalles fantásticos del entrevistado», en ese sentido el traje de Jorge Luis Borges está lleno de letras y la corbata de Bordaberry está sujeta por una corona en miniatura.
«Una buen entrevista es aquella en la que lográs que el entrevistado se muestra tal y como es, que realmente diga lo que piensa. Para eso es necesario construir un ambiente, generar un buen climas con el entrevistado y estar informado», destacó Lessa.
Cada encuentro fue distinto, con algunos de los entrevistados puedo estar poco y otros con más tiempo, como con Jorge Luis Borges al que le pudo llevar de paseo por los sitios de Montevideo en el que el escritor veraneaba de pequeño en su camioneta.
Al presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, lo pudo entrevistar en dos ocasiones en la década de los ochenta cuando el mandatario aun era un «revolucionario».
«Creo en la presentación del contexto de la entrevista muestra ese cambio tremendo que hubo de Ortega, incluso lo consigo citando algunas de las cosas que me dijo Sergio Ramírez (que fue su vicepresidente) sobre Ortega y del Gobierno sandinista», acotó el periodista que también trabajó en medios internacionales.
Si Lessa pudiera volver a entrevistar a Ortega ahora le formularía preguntas muy distintas, su primera consulta sería «humana» pues le preguntaría sobre «esa terrible denuncia que le hizo la hija de su esposa sobre las violaciones».
«Luego le preguntaría sobre el abuso de poder y le preguntaría por qué con tal de volver al poder hizo alianzas con cualquiera, incluso con sus viejos enemigos, y por qué alguien que llegó al poder proclamando la libertad y proclamando un montón de principios lo dejó por el camino, ¿qué pasó?», añadió.
A quien sí que le pudo preguntar abiertamente sobre el golpe de Estado que hizo fue al exmandatario Bordaberry, ya que el Lessa consiguió la primera entrevista que el político dio después de la dictadura cívico-militar uruguaya (1973-1985).
«Para mí uno de mis mayores aciertos en esta entrevista fue dejarle hablar, porque él tenía una virtud que era la transparencia, decía lo que pensaba sin ningún tipo de filtro. Es difícil encontrar a alguien que realmente te diga que no cree en la democracia o que diga todas las cosas que dijo», detalló.
En este sentido, Lessa declaró que a sabiendas que Bordaberry le iba a decir cosas como que «daría el golpe de vuelta» decidió centrarse en seguir la entrevista, en vez de en llevarle la contraria, para así poder decirle a la gente qué es lo que realmente pensaba ese dictador.
El hecho de que en el libro de 411 páginas solo contenga una entrevista con una mujer -a la actriz y cantante de tango argentina Susana Rinaldi-, según el autor, refleja «una época de un cierto machismo».
«Es más no me resultó fácil encontrar a la mujer a la que poner, es una historia que tiene que ver con quienes eran los protagonistas en todo este periodo y quizás en la peculiaridad del Uruguay»,concluyó.
Sarah Yáñez-Richards (EFE)