Con el propósito de definir instrumentos que prioricen las medidas de adaptación a los efectos adversos del clima, el Sistema Nacional de Respuesta al Cambio Climático trabaja en la creación de tres planes de adaptación enfocados en ciudades, costas y producción agropecuaria. Esos programas cuentan con financiación de la cooperación internacional que, en total, supera los 3,8 millones de dólares.
El director de Cambio Climático del Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente y presidente del grupo de coordinación del Sistema Nacional de Respuesta al Cambio Climático, Ignacio Lorenzo, dijo a la Secretaría de Comunicación que desde 2016 se trabaja en la identificación de vulnerabilidades para crear planes de adaptación y disminuir los riesgos ante eventos adversos del clima.
Uruguay definió tres planes nacionales de adaptación: costas, ciudades e infraestructuras y el sector agropecuario. En 2017, se acordó la inclusión de dos planes más, uno para energía y otro para salud, que serán desarrollados hacia 2025.
El incremento sostenido del nivel medio del mar es provocado por el aumento de la temperatura de los océanos. La previsión es que el fenómeno se mantenga en los próximos años. Las zonas más vulnerables son las desembocaduras de los ríos de la franja costera de nuestro país. Esto generará problemas en las áreas urbanizadas, daños en puertos, carreteras, muelles y ramblas, así como erosión de la línea de costa, lo que provocará el retroceso de las playas y afectará los medios de vida de las poblaciones que viven en la costa.
En ese marco, explicó Lorenzo, el Plan Nacional de Adaptación para la zona costera (NAP Costas) procura analizar las vulnerabilidades de toda la costa para predecir el comportamiento del mar, en especial el aumento de su nivel y las marejadas de tormenta, los principales eventos climáticos que afectan a estas áreas.
Se trabaja en el diseño de fichas técnicas que indiquen el comportamiento en ese lugar específico. Además, se realizará un atlas que permitirá proyectar esa información en un mapa y cómo se ve el comportamiento que indican las fichas de peligrosidad, en un formato más comprensible para la ciudadanía en general.
El proyecto implicará un trabajo conjunto con la Universidad de Cantabria de España. Además, cuenta con el apoyo de la Agencia de Gobierno Electrónico y Sociedad de la Información y del Conocimiento (Agesic), que trabaja en la modelación del territorio nacional, y de la Universidad de la República, que apoya con la modelación hidráulica.
El proyecto cuenta con financiamiento de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid), en el marco del programa regional Arauclima, con una donación de 130.000 euros (unos 148.000 dólares) y con 250.000 dólares del Centro y Red de Tecnologías del Clima de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
Este plan será el resultado de un proceso de trabajo que culminará a fines de 2019 y estos productos se obtendrán a partir de consultas efectuadas entre actores del Gobierno nacional y de los gobiernos departamentales de la zona costera.
Los beneficiarios finales del NAP Costas serán las poblaciones vulnerables ante las amenazas del cambio climático de los departamentos de Colonia, San José, Montevideo, Canelones, Maldonado y Rocha, pero, sobre todo, la información generada será clave para orientar la actuación pública y privada de los próximos años.