Entrevista por Elio García /
La presentación de un nuevo libro es una noticia removedora y de gran alegría. No todos los días se lanza al mercado una publicación y menos aún si habla sobre la historia de Carmelo.
Del mismo se pueden rescatar diversas lecturas, tal vez la más importante para este periodista fue la de señalar una impronta que permanece en el ADN de la comunidad carmelitana, se trata de esa idea separatista que aspiró durante muchos años a la autonomía institucional y política de Colonia del Sacramento y que cada quien podrá preguntarse si todavía perdura.
Este martes 22 de diciembre a las 20 horas en el Archivo y Museo del Carmen, el Profesor Eraldo Bouvier presenta «Carmelo: una breve historia y algunos momentos. Previo a ello el autor recibió a Carmelo Portal en su propio lugar de estudio: su casa.
Eraldo ya desde el título uno puede vincular esta publicación con el Bicentenario que se aproxima ¿esa fue la fuente de inspiración?
De alguna manera sí. Los libros tienen su vida propia. Toman el camino que quieren. Te usan e incluso conducen a lugares que muchas veces no queres llegar. Lo que pretendo con este libro es decir que Carmelo tiene mucho más de 200 años de historia. Siempre fue un lugar privilegiado. Tuvo sus vinculaciones con Buenos Aires. Teníamos vías de comunicación por el agua muy fluidas. Transportar mercaderías por el río era más fácil y económico.
Casi todos los que tienen mi edad se acuerdan de Sánchez Cúneo, un periodista local. En el mundial de Uruguay de 1930 salió de Carmelo para cubrir este evento. Cuando llegó a Ecilda Paullier, el Ford donde iba quedó enterrado hasta el parabrisas. El pobre Sánchez tuvo que volver hasta Carmelo, tomar el Vapor, ir a Buenos Aires y desde allí a Montevideo. No se si llegó a la final del mundial del 30. Esto ejemplifica lo dificultoso de los caminos de tierra.
Al leer el libro parece acceder a una verdadera enciclopedia de hechos carmelitanos. Con una narración breve, estilo «pildoritas» tu cuentas muchas historias ¿se lo puede definir así?
Es que empezó siendo un libro formal, por ahí tiene un final que desconozco si la gente lo entenderá. El título dice mucho «algunos momentos», las cosas que cuento allí, que tal vez pintan un poco la realidad de un Carmelo que ya no existe.
Le das mucha importancia a la prensa escrita
Sí, un periodista gráfico, sin darse cuenta es un historiador. Hubo periodistas que dejaron registrados acontecimientos, hechos. Hoy viene un comunicador, un sociólogo y puede comparar y sacar conclusiones leyendo los semanarios.
En tu libro aparece Pilar Cabrera un periodista particular…
Sí, fue el que introdujo la frase «Carmelo, ciudad de turismo», en 1924. Seis años después de esa nota, nuestra ciudad tenía para ofrecer al turista de embarcaciones la Rambla.
¿Cómo estas viviendo el Bicentenario de Carmelo?
Bien. Lo vivo intensamente. Ahora, cuando alguien me asegure que el segundo puente está en marcha estaré más tranquilo.
No se si fue la intención del autor. Pero cada historia presentada parece respetar los tiempos actuales de lectura. Tiene mucho de twitter con sus 140 caracteres ¿fue algo intencionado?
(se ríe) Uno va sabiendo lo que quiere la gente.
¿Cómo llegas a conocer estas historias?
En general mi casa esta llena de archivos y apuntes. Amigos que colaboran como Enrique Almeida, Marujita Sarachu, Esther Venturini, gente solidaria que me ayuda a buscar. En Carmelo vos salís a la calle y siempre hay gente que te va dar su versión de las cosas. Algo cambió después de 1974. En los primeros meses de ese año la sociedad de Carmelo tuvo un quiebre que hasta ahora sentimos cosas. Fuimos muy castigados durante la dictadura cívico militar. Terceras personas denunciaban. El miedo debe ser uno de los peores sentimientos y creo que aún hoy en alguna gente persiste.
Pensando en el lector ¿qué te gustaría registrar?
Estoy muy ilusionado y contento. En la contratapa hay un logo que dice Ediciones del Archivo. Un día con mi compañera Marujita Sarachu decretamos que teníamos que contar con una editorial. El primer libro fue el de Enrique Almeida sobre el Pueblo de las Víboras y este es el segundo.
Me gustaría que este libro dejara cosas para pensar. Acá estamos representados todos. Somos una sociedad de gente que va y viene. De inmigrantes. Somos distintos.
¿En qué?
En haber peleado muchísimo por ser capital departamental. En 1867, los carmelitanos ya sabían que iban a pagar carísimo el hecho de no ser capital departamental. Hicieron todo lo que había que hacer y se paró en el Senado.
Nueva Palmira, Ombúes de Lavalle, Conchillas y Carmelo iban a ser las ciudades de un departamento que se iba a llamar Lavalleja y la otra propuesta Solís. Carmelo producía muchísimo y los proventos esos no quedaban acá. En la Plaza Artigas fueron miles de personas a un Cabildo Abierto pidiendo esto.
¿Tenemos una historia separatista?
Fue una separación fundamentada en el tiempo, que hoy les da la razón a aquellos viejos luchadores carmelitanos.