Más de un centenar de pingüinos magallanes (Spheniscus magellanicus), que durante el invierno austral suelen emigrar de Argentina a Brasil, han aparecido o muertos o muy débiles en las costas uruguayas esta semana.
Según dijo a Efe el director de la ONG S.O.S Rescate de Fauna Marina, Richard Tesore, es normal que estos ejemplares, denominados también pingüinos patagónicos, pasen por las costas de Uruguay, pero que estos suelen llegar entre mayo y julio, siendo el «pico más alto» ese último mes.
«Lo que ocurre que este año pasaron un poco antes de lo normal (…) Empezaron a aparecer primero en la zona de Maldonado (sureste) y Rocha (este) y después, debido al temporal, aparecieron desde Montevideo (sur) hasta Rocha», anotó el experto.
En este sentido, Tesore estimó que, por las llamadas que la organización recibió, en la última semana llegaron al país austral «más de 100» polluelos, de los cuales su centro acogió a 30 y solo 14 sobrevivieron.
«La mayoría llegaban en estado de hipotermia, anémicos y tan débiles que no podían ni pararse y muchos morían en las primeras horas de arribar a la costa», explicó y detalló que los pingüinos que habían llegado a Uruguay o pesaban un kilo y medio, en vez de cuatro o cinco o habían mudado el plumaje antes de tiempo.
Con respecto al porqué están llegando estos animales a las costas del país, Tesore dijo que consultó con expertos de Patagonia y que estos le dijeron que se puede deber tanto al cambio de temperaturas como a la superpoblación de pingüinos.
En lo referente a la primera teoría, el director de la ONG explicó que «hay muchas variaciones a nivel climático de estos animales», ya que estos venían «rigurosamente» durante el invierno austral, pero que en los últimos años también están llegando en verano.
«La otra teoría es que tanto el año pasado como este lo que ha ocurrido es que ha habido mucho alimento cerca de las zonas de crías, eso permitió a los padres que normalmente ponen dos huevos y crían uno solo, criar los dos polluelos», agregó.
Asimismo, detalló que esta «superpoblación» obliga a las jóvenes aves a salir de la colonia antes de tiempo.
«Por lo cual, se van con menos peso, menos preparados para el viaje, que en algunos casos es casi de ocho mil kilómetros», apostilló.
Por último, el amante de los animales señaló que si alguien ve a un pingüino nadando en el mar, lo deje tranquilo, pero que si ve que está en la arena y no se puede ni levantar, contacte con un experto para que este le diga cómo puede ayudar al polluelo. (EFE)
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