Diego Godín se coronó hoy como leyenda viva de su selección alzando la segunda China Cup consecutiva de Uruguay, en un partido que sirvió al defensa para superar a Maxi Pereira como el jugador con más partidos disputados con la camiseta charrúa.
Prácticamente no tuvo trabajo el capitán uruguayo, que asistió plácido al encuentro desde el centro de la zaga y que incluso se animó a subir al ataque en varias ocasiones ante la pobre producción ofensiva de Tailandia.
El combinado de Óscar Tábarez saltó algo contemplativo al césped, calibrando las pocas fuerzas de su rival y manteniendo el orden en sus filas, pero enseguida encontraría el camino hacia el gol a través de la profundidad por las dos bandas.
Desde uno de los laterales nacería la primera ocasión del partido, apenas mediados los primeros cinco minutos de juego, cuando el posteriormente goleador Pereiro cabeceó un centro quirúrgico desde la derecha que el portero desviaría a córner.
Dicha jugada desembocaría inmediatamente después en el 0-1: el centro desde la esquina lo acabó rematando Vecino, que se impuso con facilidad a su marcador para batir por bajo a un errático Tedsungnoen.
Los tailandeses no se amilanaron por el tanto y trataron de combinar por dentro para llegar al área de Muslera, fundamentalmente a través de los chispazos de calidad de Songkrasin, pero la celeste acabó imponiéndose en casi todos los lances del juego.
Transcurriría todavía una larga media hora hasta que el combinado charrúa ampliase su distancia en el marcador, después de que Stuani cediera desde la izquierda el esférico al corazón del área para que Pereiro, completamente solo, la empujara con un sutil toque de pelota.
Tras el descanso, Tábarez dejó en el banquillo a los dos goleadores hasta el momento del encuentro, una decisión que no afectaría en exceso a la delantera uruguaya, que a través de Stuani se encontraría con el poste en el minuto 53.
El delantero del Girona insistió e insistió hasta encontrarse con el gol: un contundente testarazo directo a la escuadra en el 56 que le acabaría valiendo el premio a mejor jugador de la competición.
El desgaste del segundo tiempo vacío de energías y creatividad al equipo asiático, que a duras penas consiguió hilar una sola jugada en tres cuartos de césped y que sufrió las arremetidas de unos charrúas que, a medio gas, no dejaron de buscar la portería rival.
Sin embargo, un despiste de la defensa charrúa en el 85 bien podría haber significado el 1-3, después de una excelente combinación en el balcón del área entre Songkrasin y el recién salido al césped Peeradol, quien obligó a Muslera a emplearse a fondo para palmear el balón a córner.
Uruguay, con la situación controlada y dosificando sus esfuerzos, parecía bastante desdibujado en la recta final del partido, un letargo del que sacó a su equipo y a la afición Maxi Gómez en el 86, que aprovechó un mal rechace de la defensa para poner el definitivo 0 a 4 en el luminoso.
Unas horas antes se disputó el partido por el tercer y cuarto puesto entre la anfitriona, China, y Uzbekistán, un encuentro que los «dragones» perdieron por 0-1 y en el que apenas inquietaron al guardameta de la selección centroasiática.
– Ficha Técnica:
0 – Tailandia: Tedsungnoen (m. 74 Bootprom); Bunmathan, Promrak, Thongsong, Malapun (m. 72 Thawikan), Do (m. 64 Narubadin); Tanaboon, Yooyen (m. 64 Peeradol), Puangjan (m.78 Sanukran), Songkrasin; Kraisorn (m. 77 Phicha).
4 – Uruguay: Muslera; Cáceres (m. 60 Saracchi), Giménez, Godín (m. 69 Suárez), González; Valverde, Vecino (m. 45 Torreira); Nández (m. 59 Rodríguez), Pereiro (m. 45 De Arrascaeta), Lodeiro; Stuani (m. 59 Gómez).
Goles: 0-1. Min.5: Vecino, 0-2. Min. 38: Pereiro, 0-3. Min. 57: Stuani, 0-4. Min. 87: Gómez.
Árbitro: Ma Ning (chino). Mostró tarjeta amarilla a Valverde (min. 90) por Uruguay.
Incidencias: Final de la China Cup, torneo cuadrangular que este año celebra su tercera edición. Disputada en el Guangxi Sports Center de la ciudad meridional china de Nanning, con capacidad para 60.000 espectadores, con una nutrida presencia de aficionados en las gradas.
Javier Castro Bugarín. (EFE)
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