La periodista española Magdalena Martínez dijo a Efe que quiere que los turistas despierten a la capital uruguaya mediante su «libro joya»: «Montevideo, la bella durmiente».
Esta obra surgió de los paseos y tours a amigos y familiares que daba la europea asentada en Uruguay, así como por cuatro años de investigación, documentación, de llamar a puertas y de «colarse» en edificios.
Martínez describe esta obra, que se presentó esta semana, como un «libro joya», pues entre sus páginas intercala «pequeñas maravillas», que son las ilustraciones de lápiz y tinta sobre papel de Alfredo Ghierra.
Este artista uruguayo, que es conocido por defender el patrimonio de la ciudad mediante sus obras, además de ceder sus ilustraciones trabajó con la escritora para añadir en esta peculiar guía mapas con «pequeños dibujitos inéditos».
«Es (un libro) muy raro, una guía de papel, ya es raro hoy en día. En blanco y negro, es todavía más raro y, además, con esa calidad de dibujos y con un formato tan portable, casi de bolsillo», detalló Martínez, quien además dijo que espera que «el experimento funcione».
Para la redactora, que también ha vivido en otras capitales como Bruselas, París y Madrid, la practicidad de la obra era un elemento clave. Es por ello que el libro está confeccionado para que quepa en una mano, se pueda meter en un bolso y sea ligero.
«Nosotros queremos que la gente lo llene de anotaciones, que no lo reverencie, no es un libro objeto, es un libro joya, pero no un libro objeto», dijo refiriéndose a que no está diseñado para que uno lo exhiba en una mesa, sino para que lo saque a pasear.
«Montevideo, la bella durmiente», divide la capital en cuatro partes: el largo malecón de la Rambla, la Ciudad Vieja, la avenida de 18 de Julio y el barrio del Prado.
Para Martínez la Rambla es la «columna vertebral acuática» de Montevideo y una de las características que hacen tan especial a la capital.
Mientras que Ciudad Vieja, su barrio preferido, es el capítulo con más páginas, ya que para Martínez esta parte de Montevideo no está bien «mapeada», por lo que son muchos los turistas que se pierden muchos lugares -como museos, edificios icónicos o restaurantes- por no tener la suficiente información.
Además, adorna los datos relacionados con el casco antiguo las historias que esconden los monumentos, muchas de ellas relacionadas con los fantasmas.
«Creo que hay fantasmas por todas partes y que se pueden percibir o porque la calle está extremadamente vacía o porque dentro del museo hay retratos que te miran, o porque descubres que detrás de una puerta hay un edificio donde hay 400 mil piezas de un acero impresionante del Museo de Historia Natural, que están ahí metidas desde hace 17 años y nadie lo sabe», explicó la también productora.
En lo referente a 18 de julio, la avenida principal de Montevideo, Martínez dijo que le resultó difícil venderlo como una atracción turística, pues esta zona está en muy mal estado.
«Entonces ahí hay un esfuerzo de saber mirar. De mirar las cosas de otra manera, todo ese esfuerzo se hizo, lo dividí en dos tramos que sean fáciles de caminar», sostuvo.
No obstante, el barrio que más le costó pasar al papel fue el Prado, al noreste, zona que describió como «el lejano oeste».
«Está como alejado y pésimamente mapeado. A mí me había pasado con mis amigos y familia de lanzarnos a ir al Prado, ver y percibir que había cosas maravillosas, pero luego morirnos de hambre o quedarnos enfadados por no poder entrar a los sitios», relató.
La autora dijo que «Montevideo, La bella durmiente» es su granito de arena y que ahora le toca a la ciudad cuidar de sus patrimonios.
Sarah Yáñez-Richards
(EFE)