Representantes de unas 30 organizaciones civiles defensoras de los Derechos Humanos acudieron este miércoles a la Fiscalía para recusar una demanda por «difamación e injurias» que interpuso Miguel Zuluaga, quien además es acusado de formar parte de cuerpos represivos durante la dictadura (1973-1985).
Richard Mariani, integrante de la agrupación «Rebeldía organizada», uno de los que han sido demandados, explicó a Efe que Zuluaga interpuso este recurso ante una acusación en su contra basada en documentos públicos que lo implican como presunto miembro de la Dirección Nacional de Información e Inteligencia (DNII) en la que se practicaban actos de torturas.
«Nosotros nos basamos en información pública con actas del Estado uruguayo y, sobre todo, con los testimonios vivos que son los compañeros que si vieron a Zuluaga en la DNII que fue un lugar de violación y tortura», expresó.
Contra Zuluaga, quien fue jefe de seguridad de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) desde el año 2000, integrantes de las más de 30 organizaciones civiles presentaron en abril de 2018 ante esa organización documentación que probaría la vinculación de él con delitos de lesa humanidad en la dictadura cívico-militar.
Posteriormente, la AUF y Zuluaga en «común acuerdo» resolvieron su salida del organismo en una reunión en la que el acusado ratificó «su inocencia absoluta respecto de los hechos que se pretenden atribuirle».
En ese sentido, Mariani destacó que las organizaciones iniciaron una investigación del presunto accionar de Zuluaga tras una publicación del diario Brecha en la que testigos lo reconocieron mientras participaba en actividades de la selección uruguaya.
«Empezamos a recabar información y vimos que era una injusticia que se estaba cometiendo», porque, se trata de «un represor conocido» que al mismo tiempo se desempeñaba como «un embajador social y cultural junto a los demás jugadores de la selección». señaló Mariani.
Uno de los testigos en contra de Zuluaga, Ignacio Errandonea, dijo a la prensa que acudió en defensa de sus compañeros porque «si persiguen a uno» entonces los «persiguen a todos».
«Era una denuncia que era pública, lo que consideramos cuando se impulsó aquella campaña era que era inmoral que una persona cuestionada por los Derechos Humanos fuera embajador nuestro y que estuviera la foto de este señor junto a los jugadores que son ídolos para toda la juventud», aseguró Errandonea.
Asimismo, sostuvo que hay denuncias de personas que estuvieron presas y sufrieron torturas, así como documentos firmados por Zuluaga de interrogatorios que lo vinculan con la DNII, que, en su opinión, era un lugar reconocido como centro de lo que fue el «terrorismo de Estado».
Además, en la jornada de este miércoles unas 60 personas, entre familiares de desaparecidos e integrantes de organizaciones civiles, se apostaron frente a la sede de la Fiscalía con pancartas de víctimas durante la dictadura como muestra de apoyo ante la denuncia puesta por Zuluaga. (EFE)
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