Tras cumplirse 45 años de la masacre de tres jóvenes uruguayas durante la dictadura cívico-militar (1973-1985) del país, los familiares de «Las muchachas de abril» tienen aún esperanza de que los que se presumen que son sus asesinos sean condenados por la Justicia.
Así lo afirmó a Efe este martes en el marco de un acto de homenaje a las denominadas «Muchachas de abril», asesinadas en una casa de Montevideo el 21 de abril de 1974, Horacio Raggio, el hermano una de las víctimas, quien recalcó que a pesar de que luego de 45 años los culpables siguen impunes, todavía hay esperanza.
«A raíz de los testimonios que dio (el exmilitar José) Gavazzo (…) el tema este de las gurisas (chicas) se ha empezado a mover un poquito más en los juzgados. Está empezando a sacarse el polvo de los archivos y vamos a ver ahora si esto sigue, si no ponen otra chicana y lo trancan por otro lado como vienen haciendo hace 45 años», manifestó.
«Dicen que en la cajita de Pandora lo último que quedó cuando se abrió y salieron todos los males del mundo fue la esperanza y eso es lo que nos queda», subrayó.
Por otro lado, Raggio, que brindó su testimonio en un cortometraje sobre la masacre realizado por la Comisión Memoria Muchachas de abril y estrenado este martes en el Centro Cultural Goes de Montevideo, recordó que a pesar de la identificación de los culpables por múltiples testigos, estos aún no han sido condenados.
El familiar de la víctima, que fue acribillada a balazos en un operativo militar que tenía como fin capturar al marido de una de las tres mujeres y militante del Movimiento de Liberación Nacional (MLN) Washington Barrios, expresó a su vez que desde su punto de vista los militares ya iban con la intención de matarlas.
«Las gurisas se querían ir del país porque habían sido torturadas y violadas (…) lo único que habían hecho de repente era repartir volantes, llevar algo, pero no habían agarrado un arma, no era un arma contra arma, esto era una idea contra las armas», apostilló Raggio.
«No iban con afán de agarrarlas presas, iban derecho a matarlas, porque patearon la puerta y ya entraron a disparar, no era tomar gente presa, era matar con saña», añadió.
Por su parte, el periodista e investigador Roger Rodríguez, que disertó durante el homenaje, aseguró que el caso de Las muchachas de abril no es ajeno al proceso político que se vivía en esa época tanto en Uruguay como en otros países de la región.
Rodríguez indicó que a raíz del estudio de diversos documentos hoy se puede decir que si bien en 1974 Argentina aún estaba en democracia, ya había indicios de un intercambio de información y una coordinación represiva entre los militares y las autoridades de los países suramericanos que integraron el Plan Cóndor.
«No es una casualidad la forma en que se actuó en el caso de las chiquilinas (…) pero ese año 74 no está lo suficientemente investigado, no está lo suficientemente encarnizado en la historia oficial ni aún nosotros lo tenemos concientizado como algo que no es solo de Uruguay sino que está dentro de un contexto», valoró.
De todas formas, el periodista puntualizó que cree que en poco tiempo puede haber novedades sobre el caso y es optimista al respecto.
«Todo este clima de absoluta cultura de impunidad puede ser revertido», concluyó. (EFE)
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