Por Elio García
Hay gente que no sabe decir no.
Quieren ser invisibles porque la visibilidad descubriría alguna que otra gauchada que los amigos de la vida siempre nos regalan.
Hoy voy hablar de los que aparecen en las listas partidarias pero -inteligencia mediante- utilizan el ingenio popular para pasar totalmente desapercibidos.
Los invito a buscar en las listas, van a descubrir a más de uno.
La operativa es básica pero efectiva. Aunque los ciudadanos con nombres únicos estaríamos fritos. Pero imaginemos que alguien conocido con el nombre de (*) Pedro Martínez en todo el pueblo, en la partida de nacimiento fue inscripto como Javier Pedro Martínez.
Los amigos que te dieron el puestito vienen por tu voto y compromiso. Entonces en una jugada maestra, tal vez con algo de vergüenza Pedro acepta figurar en la lista pero con el nombre que nadie conoce: Javier.
Entonces, el popular compañero y correligionario (*) Pedro Martínez ahora en la lista aparece como Javier Martínez.
¿Quién es Javier Martínez?
Un acomodado por el aparato estatal. Uno más como tantos. Con una característica piadosa: le da vergüenza verse como un acomodado.
No quiere ser descubierto por la chusma opositora o incluso por sus propios compañeros de ruta que no han sido tan afortunados y ahora están dentro de los denominados por las encuestadoras: indecisos.
Acá no hay ideologías, ni militancia, no hay banderas políticas, hay un sueldo, un cargo público o incluso privado, que vamos esa idea de privatizar no era tan mala al fin de cuentas y para eso existen posibilidades de inventar curros con el verso más transparente.
Unos dicen que hay que achicar el Estado. Otros dicen que se terminó el ingreso a dedo y todo es concursable. Pero los Javier Martínez los vemos desde siempre. Pasaron el 2005 como si nada che y siguen campantes, firmes, robustos, con el sueldo seguro.
Eso no cambió. Y dicen algunos que nunca cambiará.
Si tienes un hijo te sugiero que le pongas Javier. Va tener suerte.
En Uruguay los Javier nacen con un pan bajo el brazo y con un cargo donde tengas la certeza que vos y familia la van a pasar bomba.
(*) Pedro Martínez es un invento del autor de la nota, cualquier similitud con la realidad es pura coincidencia.
Comentarios