La selección de Uruguay deberá afrontar todo lo que resta de Copa América sin el centrocampista Matías Vecino, una de las piezas de la columna vertebral del equipo, que ahora puede ser cubierta por Lucas Torreira, pero también por Federico Valverde.
Tanto el jugador del Arsenal como el del Real Madrid tienen ahora una oportunidad idílica para reivindicar una plaza fija en el equipo titular del seleccionador Óscar Washington Tabárez, con hasta cinco partidos si la Celeste llega hasta las instancias finales del torneo sudamericano.
Ambos futbolistas han tenido regularidad en la selección uruguaya durante el último año y medio, donde han alternado partidos dentro del once inicial con otros donde han salido desde el banquillo.
Ahora el enigma del equipo titular que presentará Uruguay para su partido de este jueves ante Japón en la Copa América será saber por cuál de los dos volantes se decanta Tabárez para acompañar a Rodrigo Bentancur en la medular, aunque todo indica que Torreira parte con cierta ventaja sobre Valverde.
«Yo trato de hacer mi trabajo de la mejor manera y quiero ser titular porque es mi manera de vivir y sentir el fútbol. No me gusta ser suplente», decía Torreira antes de comenzar la Copa América, donde en el primer partido contra Ecuador le tocó empezar en el banquillo.
Para Tabárez, Torreira, de 23 años, es el recambio natural de Vecino, al que ha reemplazado en la cancha en seis de las nueve ocasiones en las que el centrocampista del Arsenal ha sido suplente.
Cuando lo ha hecho de titular en ocho partidos, casi siempre ha estado al lado de Vecino, menos en el amistoso que la Celeste perdió el año pasado 4-3 contra Japón, precisamente el próximo rival de los charrúas.
A favor de Torreira juega también haber intervenido en tres partidos del último Mundial con destacadas actuaciones como la firmada ante Portugal, que le valieron su fichaje por el Arsenal.
En el conjunto londinense el uruguayo ha sido uno de los favoritos del técnico español Unai Emery y en su primera temporada en el fútbol inglés ha jugado 50 partidos, entre ellos 34 de liga, 12 de Liga Europa, 3 de Copa de la Liga y 1 de Copa de Inglaterra.
Sin embargo, Valverde se vislumbra para Tabárez como una opción distinta por su carácter y proyección más ofensiva sobre el campo que quizás pueda servirle mucho a la Celeste para partidos sin tanta batalla en el centro de la cancha como puede ser ante Japón, que se ha mostrado endeble en la goleada por 0-4 sufrida ante Chile.
A sus 20 años, el jugador del Real Madrid ya acumula once partidos con la selección absoluta de Uruguay, en los que seis ha sido titular, y ya ha anotado dos goles con la camiseta celeste, uno de ellos importante ante Paraguay en las eliminatorias para el Mundial de Rusia 2018.
De las cinco ocasiones en que el centrocampista ha ingresado desde el banquillo, tres lo hizo por Vecino, la última de ellas justamente el domingo cuando el jugador del Inter de Milán padeció una rotura muscular.
La progresión de Valverde va de la mano con su irrupción en el conjunto blanco, donde esta temporada disputó hasta 25 partidos, entre ellos 16 de liga, 5 de Copa del Rey y 4 de Liga de Campeones. Jugó con los tres entrenadores que el equipo madridista tuvo a lo largo de la temporada.
Tampoco es descartable que en algún momento Torreira y Valverde puedan jugar juntos, pues ya lo hicieron en un amistoso del año pasado contra Francia, pero eso llevaría al banquillo de suplentes a Bentancur, Nández o Lodeiro, ya que en principio Tabárez mantendrá una línea de medios con solo dos volantes interiores.
Los dos centrocampistas también coincidieron sobre la cancha en los últimos minutos del encuentro contra Ecuador cuando Valverde ingresó por Vecino, ya que unos minutos antes Torreira había reemplazado a Lodeiro.
Una vez más queda en manos de Tabárez reformular la línea de centrocampistas de Uruguay como tantas veces lo ha hecho de manera exitosa a lo largo de sus trece años como seleccionador de la Celeste y esta vez, como en las anteriores, no le faltan buenos jugadores de clásica garra uruguaya para conseguirlo.
Fernando Gimeno (EFE)