Prácticamente integran casi todos los partidos políticos. En algunos casos se trata de militantes que utilizan su propio vehículo. Otros más sofisticados han conseguido prestado alguno e incluso los hay quienes han alquilado.
A todos los unen dos características. La primera es que no tienen ninguna habilitación municipal que les permita realizar actividades de perifoneo. Y la otra es que hacen horas de propaganda política a un candidato barriendo prácticamente toda la ciudad sin que nadie les diga nada. No hay controles.
Estos militantes o «contratados en negro» ya se están granjeando el desagrado de los operadores del sector de publicidad callejera que viven de esa actividad durante todo el año.
«Deberían ser los primeros en respetar las normas municipales, y ni que hablar de estar habilitados como empresa. Hacen publicidad para un candidato o partido político y lo hacen totalmente fuera de la Ley. La gente no distingue a los legales e ilegales, pero en pueblo chico todos nos conocemos. No dan el ejemplo y quieren que los voten«, señaló un operador legal de perifoneo, visiblemente molesto.
«La publicidad callejera está reglamentada -señala otro operador consultado- por ejemplo hay un horario que va de las 9 a las 12 de la mañana y en la tarde de 15 a 19 horas, pero está gente que hace publicidad electoral trucha, luego son los mismos que como Ediles o Concejales se preocupan por la contaminación acústica cuando hay denuncias de vecinos por ruidos molestos. Allí aplican la Ley, pero en campaña se hacen los distraídos y vale todo«, denunció.
La actividad de perifoneo por la ciudad debe respetar «espacios de silencios», por ejemplo en escuelas públicas y privadas, liceos, hospitales y sanatorios, juzgados, «pero esta gente no respeta nada porque ni idea tiene de estas disposiciones», comentó otro operador.