El oficialismo de Uruguay, el Frente Amplio (FA), eligió este domingo a su candidato para presidente: el ingeniero y exintendente de Montevideo Daniel Martínez, un político campechano, que lleva su mate a todos lados como si fuera una extensión de su brazo y buscará ir con él a la Presidencia del país.
Martínez, de 62 años, concretó de esta forma el amplio apoyo que tenía en la previa, ya que las encuestas lo daban con muchos puntos por encima de sus competidores.
Ahora, el candidato tendrá el desafío de reemplazar a las figuras históricas del FA como el actual presidente, Tabaré Vázquez, el ministro de Economía, Danilo Astori, y el expresidente José Mujica (2010-2015) y llevar a su partido a un cuarto periodo de gobierno consecutivo.
El político se presenta ante la población con un discurso coloquial en el que evita confrontarse con sus adversarios -tanto dentro como fuera del FA- y con frases típicas uruguayas como el «vamo’ arriba».
Incluso, cuando asumió como intendente capitalino, en su primer día de mandato fue al palacio municipal en bicicleta como forma de mostrar una señal y fomentar este medio de transporte en el país.
El ahora candidato de la coalición comenzó su carrera política siendo muy joven durante sus años de estudiante de ingeniería cuando ingresó al sindicato de la universidad.
Luego, se consolidó en el ámbito gremial y fue uno de los fundadores del sindicato de la empresa estatal de combustible Ancap.
Su relación con el FA surge desde el Partido Socialista, al que se afilió en 1973 (año en que comenzó la dictadura cívico militar del país y se extendió hasta 1985) y mediante el que surgió su candidatura.
La integración con los socialistas permitió a Martínez mantener una buena relación con el presidente Vázquez, quien durante su primer periodo de gobierno (2005-2010), lo designó presidente de Ancap (2005-2008) y luego ministro de Industria, Energía y Minería hasta 2010.
Su carrera política en los últimos años, al encabezar una cartera y estar al frente de una de las principales empresas públicas del país, le hizo adquirir una notoriedad que, en 2009, intentó trasladar a las urnas pero el partido se lo negó.
En aquel año, Martínez se propuso como precandidato a la Presidencia; sin embargo, el FA decidió que los únicos dos competidores en las internas de ese año fueran Mujica (que terminó en primer lugar) y Astori.
Incluso, en el libro biográfico «Daniel Martínez, la carrera del ingeniero», del periodista uruguayo Antonio Ladra, el exintendente admite que su ego le jugó una mala pasada al intentar postularse para un puesto para el que aún no estaba lo suficientemente maduro.
Años más tarde, en 2015, Martínez logró darse a conocer y derrotar en las elecciones de la Intendencia de Montevideo nada menos que a Lucía Topolansky, actual vicepresidenta de Uruguay, exguerrillera tupamara y esposa de una de las figuras más populares y reconocidas de Uruguay: Mujica.
Durante su gestión en la Intendencia, Martínez consiguió que el gobierno departamental llegara a tres años consecutivos con saldo financiero positivo, encabezó una serie de obras a lo largo de la capital y alzó su popularidad.
Con todo este panorama y, fundamentalmente, ante la falta de nuevos líderes en el FA, el Partido Socialista comenzó a principios de 2018 la campaña para convencer a Martínez de postularse como precandidato y en octubre el exintendente lo confirmó.
Martínez siempre fue el favorito en la interna oficialista pese a que la candidatura de la exministra de Industria Carolina Cosse (2015-2019) tuvo el apoyo de Mujica y su sector, el Movimiento de Participación Popular (MPP).
Si bien el FA tiene un plan de gobierno ya establecido, Martínez ya ha dicho que apuntará al desarrollo de la ciencia y tecnología como pilares en su gestión.
Ingeniero, campechano y con el típico mate uruguayo siempre consigo, Martínez buscará revitalizar su partido, mejorar las encuestas y encabezar la renovación del oficialismo que ya no contará con sus emblemas históricos.
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