Uruguay expresó este martes su solidaridad con Argentina y su Gobierno ante el fallecimiento del expresidente Fernando de la Rúa (1999-2001).
Así lo sostiene la Cancillería uruguaya a través de un comunicado, donde describe al exmandatario como un «ciudadano comprometido con su país» y sus valores democrácticos.
De la Rúa, de 81 años, falleció hoy en un centro médico bonaerense donde estaba internado como consecuencia de una descomposición cardíaca y renal.
«Destacado jurista y académico, político, legislador, jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y presidente de la República Argentina, Fernando de la Rúa fue sobre todo un ciudadano comprometido con su país y con los valores democráticos», detalla el escrito del Ministerio de Relaciones Exteriores de Uruguay.
Además, la Cancillería expresa su solidaridad «en este luctuoso momento» al país, el Gobierno y a los allegados y familiares del expresidente.
«Ha muerto el expresidente De la Rúa. Un dirigente bienintencionado, una buena persona. Todo mi cariño para la familia», dijo mandatario argentino, Mauricio Macri, al comienzo de su discurso por el día de la Independencia, que se celebra este martes.
De la Rúa nació en Córdoba el 15 de septiembre de 1937 y a los 21 años se licenció en Derecho.
Vinculado a la Unión Cívica Radical y tras asumir como senador en 1973, fue candidato ese año a la vicepresidencia de la República, formando tándem con Ricardo Balbín, quién había ganado a Raúl Alfonsín en las elecciones internas de los radicales, pero fue derrotado por Juan Domingo Perón.
Legislador hasta 1976, cuando los militares dieron el golpe de Estado que desencadenó la última dictadura argentina, que se extendió hasta 1983, De La Rúa desarrolló ya de nuevo en democracia una intensa carrera política como diputado, senador y alcalde de Buenos Aires.
Su carrera llegó a lo más alto el 10 de diciembre de 1999, al ser elegido presidente del país y sucedió al peronista Carlos Menem (1989-1999) para un mandato de cuatro años.
Sin embargo, a finales de 2001, en medio de la grave crisis en la que estaba sumergido el país, el «corralito bancario» y trágicas revueltas en las calles, De la Rúa acabó renunciando y abandonando la Casa de Gobierno en helicóptero, una imagen que dio la vuelta al mundo.