La sensación mística que experimentó la cantautora española Rozalén al subir un templo mexicano o la valentía que le trasmitieron las «niñas colibrí» -llamadas así porque, pese a tener alas pequeñas, logran volar alto- de Guatemala sembraron varias ideas musicales en la cabeza de la artista.
De sus diversos viajes a Latinoamérica, ya sea acompañando a una ONG o en su gira «Cuando el río suena…», ha germinado en la cabeza de la bautizada como María de los Ángeles Rozalén Ortuño, pero conocida en el mundo de la música como Rozalén, varios temas, aunque aún no sabe si estos formarán parte de su próximo trabajo.
«De hecho, estoy pensando que casi todas (las canciones del próximo álbum) están vinculadas (de una manera u otra) con Latinoamérica», dijo entre risas la artista en una entrevista con Efe en Montevideo, última parada latinoamericana de su gira.
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Para Rozalén esta mezcla de culturas es totalmente normal porque lo que uno va viviendo se le «queda dentro» y en estos dos años de gira la también licenciada en Psicología ha dado un «montón de saltos al charco» para ir a Argentina, Chile, Colombia, Costa Rica, México, Perú y Uruguay.
Una de las melodías que le ronda por la cabeza y que describió como un poco más «mística» surgió de una excursión al templo mexicano de Tepoztlán, ya que esta subida representa la línea de la vida y le gustó esa «metáfora».
Otro tema que está merodeando por su mente fue fruto de un viaje a Guatemala que hizo este febrero con la ONG jesuita Entreculturas bajo el proyecto «La Luz de las Niñas», iniciativa que busca visibilizar la desigualdad que sufren las menores.
«Tengo en la cabeza como ganas de escribir sobre las niñas colibrí, que son las que, por ejemplo, consiguen estudiar, a pesar de todas las dificultades. Por eso las llaman las niñas colibrí, porque aunque tienen las alas muy pequeñitas logran volar», recalcó la activista manchega de 33 años.
Entre idas y vueltas la música, que cuenta con dos discos platino, uno de oro y varias nominaciones a los Grammy Latinos, ha hecho amistad con muchos artistas latinoamericanos de los cuales van a surgir varias colaboraciones.
Tras consultar a su mánager si podía adelantar algo, Rozalén suelta una lista interminable de artistas suramericanos. Cuenta que está «coqueteando mucho» con la chilena Mon Laferte; que está «haciendo algo» con el grupo colombiano Monsieur Periné y que está viendo «a ver si también pasan cosas» con el también colombiano Juanes.
«Con Orishas y con Omara Portuondo, eso son duetos que existen y que saldrán», añade la creadora de éxitos como «80 veces», «Girasoles» o «La puerta violeta».
Otro de los artistas pendientes que tiene en su lista para colaborar es el uruguayo asentado en España Jorge Drexler, al que considera como un modelo profesional y quien a su llegada a Montevideo le dio la bienvenida a su «paisito» mediante un mensaje de texto.
Rozalén, que siempre que puede canta sus temas junto a la intérprete de lengua de signos Beatriz Romero, también se deja inspirar por las perlas suramericanas de la literatura.
En el caso de Uruguay, lugar donde este viernes 12 se subió al escenario del teatro El Galpón para cerrar su gira latinoamericana, dijo que sus ídolos son Eduardo Galeano y Mario Benedetti.
«Galeano a mí me vuela la cabeza y yo creo que a todas las mujeres», recalcó la cantante, que, además, señaló que en sus conciertos españoles suele empezar con los versos de «No te salves» de Benedetti.
En lo referente a los temas que tratará en su cuarto álbum, Rozalén dijo que tiene «mucha presión» por sacar temas relacionados con el activismo social, ya que en sus canciones ha abordado -desde su propia experiencia y la de su familia- los malos tratos o los desaparecidos durante la Guerra Civil española (1936-1939), entre otros.
«Cuanto más veo que va creciendo el número de ‘followers’ (seguidores), como dicen, o el número de visitas yo me siento con una responsabilidad súper bestia», relató.
Además, dijo que cree que está bien hacer canciones de «todo tipo» y que hay veces que le gusta cantar de «chorradas» para que la gente se evada un poquito.
No obstante, adelantó que está trabajando en un tema que critica la situación que están pasando los refugiados y que en un principio se había concentrado en la crisis del Mediterráneo, pero que cuando fue a Centroamérica se encontró con realidades muy parecidas y se dio cuenta de que no estaba escribiendo sobre un asunto «en particular», sino sobre una situación «en general».