Después de alzarse como gran triunfador de los Grammy Latinos en 2018, el músico uruguayo Jorge Drexler vive una de sus etapas más intensas con la gira de su último disco, «Salvavidas de hielo», pero ya anuncia que cuando la termine tiene ganas de parar por un tiempo para dedicarse a componer.
Su gira del año pasado lo llevó a 80 ciudades de 17 países y ahora, hasta diciembre, todavía le esperan casi una veintena de paradas musicales más en España, Argentina, México y Portugal.
En medio de una ruta plagada de teatros, este sábado echará el ancla en el particular escenario flotante sobre el embalse de Lanuza (Huesca), sede principal y emblema del Festival de las Culturas Pirineos Sur.
Actuó en 2007 y regresa en 2019. ¿Cómo recuerda su primera visita al Pirineos Sur?
Tengo un recuerdo muy bonito de esa noche actuando en el escenario flotante. Siempre me quedaron muchas ganas de volver, así que es una oportunidad genial.
¿Cómo ha cambiado en estos 12 años que distan entre ambos conciertos?
Como cualquier persona a lo largo de los años de su vida; hay unas cosas que se van moviendo y otras que se quedan en el mismo lugar. Desde ese momento, he sacado tres o cuatro discos y tengo unas cuantas canas más (ríe).
El festival es sinónimo de mezcla de culturas, algo muy relacionado también con su música. ¿Qué le aporta este mestizaje?
Yo estoy formado con esos constituyentes diversos, no los puedo ver desde fuera. El hecho de tener más de un origen familiar, quizás da una perspectiva y una visión del mundo más compleja, como una vocación de ponerse en el lugar del otro. Pero es muy difícil verse a uno mismo con perspectiva.
En el Pirineos Sur actuarán también Andrés Calamaro (Argentina), Toquinho (Brasil) o Mon Laferte (Chile). Si nos centramos en el panorama musical latinoamericano, ¿tiene algún predilecto?
Recientemente tuvimos la pérdida de João Gilberto, que ha hecho cambiar la vida y la música de muchas personas. Así que, si tuviera que nombrar a uno, nombraría a João Gilberto, que lo tengo muy presente.
Sin límites geográficos, ¿un descubrimiento sorprendente en los últimos meses?
Silvana Estrada, una cantautora mexicana.
En lo que le resta de gira, llama la atención que casi todo son teatros ¿Dónde se siente más cómodo? ¿En grandes espectáculos o en un ámbito más privado e íntimo?
La intimidad en realidad no depende de la magnitud. No es un concepto cuantitativo que digas: «A partir de tantas personas se pierde intimidad o se gana». Me he sentido muy cómodo y con mucha confianza en lugares enormes y fuera de lugar en sitios muy pequeñitos.
Tiene cuatro fechas cerradas en el Teatro Gran Rex de Buenos Aires el 26, 27, 28 y 29 de septiembre. ¿Qué significa para usted actuar en este emblemático escenario?
El Gran Rex es uno de mis escenarios favoritos. He actuado muchas veces ya allí y he ido muchas veces como público, sobre todo. Es maravilloso, tiene formato de teatro, pero las 3.600 personas que tiene de capacidad le dan un poder de Palacio de Deportes.
¿Cuáles son sus planes para cuando concluyan los conciertos?
Por ahora, quiero terminar esta gira, en la que llevamos más o menos 150 conciertos. Son cifras muy intensas y ya tengo muchas ganas de parar, volver al estudio a escribir y hacer una vida más tranquila por un tiempo. Después, ya volveré a echar de menos la carretera. Pero, por ahora, me gustaría estar quieto un tiempo componiendo. Ya me ha llegado la hora de componer de vuelta.
¿Se podría decir que ha sido su etapa más intensa?
La verdad es que llevo muchos años de un ritmo malísimo. Pero este año se ha intensificado un poco más todavía. Ha sido una locura, ha salido todo muy bien. Me he llevado tres Gammys con el disco, que es una locura, porque es muy artesanal. Nos han invitado a todos los lados y no puedo estar más contento. Pero llega un momento que hasta lo bueno cansa.
¿Le sorprendió toda la repercusión que ha tenido su álbum, incluso en la gala de los premios de la música latina?
Me sorprendió mucho porque uno piensa que la ceremonia va a premiar a otro tipo de música que tiene mucha más difusión que la mía, que tiene más infraestructura. La canción que premiaron a mejor grabación y mejor canción, ‘Telefonía’, no tiene ni siquiera un videoclip. Era la única canción que no tenía videoclip. Me llamó mucho la atención y me di cuenta de hasta qué grado era sorprendente que estuviera allí esa canción.
¿Tiene un sueño musical?
Me gustaría hacer un disco escribiendo las canciones con el piano.
Por Inés Escario / EFE
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