La deportista de 19 años, quien será la abanderada de su país en la competencia continental, dijo durante una entrevista con Efe que, pese a esa marca y a haber ganado el Iberoamericano de tiro de 2019, nunca imaginó que iba a tener tal responsabilidad, que le «encanta».
Repasó varios momentos de su carrera, que comenzó hace dos años, y que también incluye el oro en los Juegos Sudamericanos de 2018.
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¿Cómo tomó ser abanderada de una delegación que es récord para Uruguay con 148 deportistas?
Una alegría impresionante y una sorpresa impresionante también. Estoy muy contenta, me siento muy satisfecha por ese reconocimiento y esa responsabilidad.
¿Lo esperaba?
No, jamás, ni siquiera pensaba que estaba entre los que estaban considerando para abanderar. No me imaginaba eso, sobre todo teniendo en cuenta la cantidad de deportistas que hay con tantos logros y tanta trayectoria. Yo empecé hace bastante poco.
¿Le da una responsabilidad extra ser abanderada?
Creo que sí. Supongo que va a ser interesante encarar los juegos sabiendo que soy la abanderada o que ya de repente hay gente que sabe que la abanderada es la de tiro.
¿Cuál es su expectativa para los Panamericanos?
Para empezar, disfrutar los Juegos, porque son una etapa muy linda. Yo viví los Juegos Odesur y me encantó, fue una experiencia muy interesante más allá del éxito o no. Es una experiencia muy linda y me gustaría mucho tener una medalla, sobre todo una de oro porque es la que te clasifica a los Juegos Olímpicos.
¿Cómo es convivir en la villa?
Es lo más lindo para mí de toda la experiencia. Más allá de la competencia y de los resultados lo que no te vas a olvidar es lo que viviste en esos días, que son varios días que estás conviviendo con gente que no conoces y que practican otros deportes.
¿Cómo es el hecho de viajar en delegación?
Es muy diferente viajar en una delegación con todos los deportes que hacerlo solamente con los de tiro. Hay un ambiente muy de compañerismo, incluso no conocer a la persona pero está en la delegación y es como ¡me cae bien! Tenés esas ganas de acercarte.
¿Destaca a algún compañero por buen deportista o ejemplo?
Como yo comencé hace poco, no tengo mucha cancha, no los conozco a todos. Solamente conozco a los de tiro, a los de gol, porque me hice amiga en los Odesur, y ahí conseguí gente muy buena. De los destacados me gustaría que vaya bien a (Dolores) Lola Moreira, porque es una referente como deportista mujer y por tener la edad que tengo yo.
Cuando me enteré de que existía ella, yo todavía no tiraba y me acuerdo de que cuando vi la noticia de que le fue bien en Río de Janeiro me interesó y fue una inspiración.
¿Desde cuándo tira?
Empecé a los 16 años, ahí fue cuando empecé con las armas. A los 17 empecé a entrenar tiro.
Comenzó por diversión, ¿cómo fue?
Me encantó. Me daba mucho miedo al principio porque un arma me daba temblor. Después que tiras unos tiros esa adrenalina te hace querer seguir y me encantó. Empecé con pistola calibre 22, con revolver calibre 38, que me encanta, y un tiempo después empecé con pistola de aire, que es más técnico.
¿Cómo es el tiro con pistola de aire a 10 metros?
Es un tiro ciento por ciento de precisión. La técnica es mucho más pronunciada que en otras disciplinas.
¿Cómo fue la experiencia de ir a un Mundial?
Impresionante, yo empecé hace bastante poco, entonces el de Múnich fue mi primer Mundial. Fui un poco relajada porque era mi primer mundial e iba a ver qué pasaba y eso ayudó a que me fuera bien. Es loco cuando venís entrenando tanto y con la cabeza en competencias de ese nivel como los mundiales y te pasa que estás en un Mundial y ves a las mejores del mundo caminando por ahí y después tenés que competir contra ellas.
¿Esperaba la medalla de oro en los Juegos Sudamericanos?
No (risas), para nada. Sí tenía las ganas y uno también tiene esa convicción de ¡voy a ganar! Te haces la mentalidad positiva, pero igual nunca te imaginas que va a pasar.
Ahí experimenté el compañerismo con los demás deportistas porque es como ¡un oro para Uruguay, qué impresionante! Todos estaban orgullosos del logro que, al principio, era mío y después dije: «no es solamente mío el logro, es un logro para todos como delegación y después como uruguayos».
¿Cómo fue el Iberoamericano de Chile?
Fue difícil, más allá de que no se compara a un Mundial en el nivel de las competidoras. Lo que fue difícil fue la presión que yo sentí luego de hacer un récord mundial. No es lo mismo tirar siendo nadie que venir con un récord mundial y tener que tirar. Eso influyó en mi clasificación a la final, que fue con puntuación por debajo de mi promedio, pero después en la final me fue bien y me quedé muy tranquila con eso.
¿Cómo es entrenar con su padre?
No es difícil. Nos llevamos bien en todo, no nos peleamos nunca. Si lo hacemos es una vez cada mil años y no tiene que ver con eso de la convivencia.
Él dice que para él por un lado soy la hija y por otro la alumna o la tiradora y se ve que es así. Es interesante la experiencia, está bueno poder compartir porque el entrenamiento no es solamente cuando vamos al polígono a tirar, también es en casa charlando.
¿Qué significa que él sea medallista?
Buenísimo por él, es genial y me encanta que haya sido tirador y que le haya ido bien. Cuando era chiquita siempre decía: «mi padre es campeón sudamericano, campeón no sé qué y cosas así» (risas).
Él dice que ya lo superó…
En pistola de aire sí, en fuego central no. Fuego central de hombre es lo mismo que pistola deportiva de mujeres, que en mujeres es olímpica y en hombres no. Ahí todavía me falta mucho entrenamiento, voy a llegar pero no lo superé todavía.
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