La Fiscalía Departamental de Rosario, a cargo de la fiscal Ana Rosés, logró la condena -en juicio oral- de un hombre como autor de un delito de homicidio especialmente agravado y muy especialmente agravado, un delito de violencia privada y continuados delitos de violencia doméstica, todos en reiteración real.
El imputado fue condenado a la pena de 29 años y 10 meses de penitenciaría de cumplimiento efectivo.
La investigación de este caso fue realizada por la fiscal Carla Larrosa y trabajaron junto a ella integrantes de la Unidad de Víctimas y Testigos y de la Unidad de Género de la Fiscalía General de la Nación.
Un informe sobre el caso realizado por la Unidad de Víctimas, destacó que fue «fundamental» el trabajo conjunto de sus técnicos con el equipo fiscal lo que permitió «desplegar todas las posibilidades de acompañamiento a las víctimas directas y a los familiares».
«Se realizaron entrevistas de acompañamiento en territorio, permitiendo desde la cercanía de un vínculo respetuoso y empático, fundamental en un momento de dolor y confusión, ayudar a ordenar las acciones a aquellos familiares que se harían cargo de los niños, pensar en conjunto como comunicarles lo sucedido, sostener el comienzo de un nuevo escenario de vida familiar», agrega el informe.
«También permitió sostener a aquellas personas que se transformarían en testigos fundamentales para el proceso penal. No menos importante se tornó coordinar acciones con las y los profesionales de las instituciones que apoyarían y sostendrían la cotidianidad de los hijos e hijas de la fallecida, principalmente el prestador de salud de los niños y niñas, y los educadores y educadoras de los distintos Centros Educativos», prosigue.
«Ellos fueron, a lo largo del tiempo, agentes terapéuticos en el Proceso de reparación del daño emocional y psicológico, y también hicieron presente en el momento del juicio el relato de los hijos e hijas evitando exponerlos a una situación de dolor, que en este caso los y las revictimizaría. Y por último, poder acompañar a la fiscal en todas las jornadas que llevó el juicio oral, sosteniendo a los familiares que decidieron participar del mismo y traer desde el lugar de testigo experto, todo lo trabajado en casi un año de acompañamiento para poder dar elementos probatorios claves, así como poder reconstruir un relato de lo vivido por la victima que fue fundamental para los familiares allí presentes y para la comprensión del hecho en su total dimensión», concluye.
Comentarios