El mandatario argentino, Mauricio Macri, reconoció su derrota en las elecciones primarias celebradas este domingo en Argentina, antes de conocerse los primeros resultados provisionales.
«Hemos tenido una mala elección y eso nos obliga a partir de mañana a redoblar los esfuerzos para que en octubre logremos el apoyo que se necesite para continuar con el cambio» dijo Macri en un acto en el búnker del oficialista Juntos por el Cambio en Buenos Aires.
El inicio de la difusión de los datos estaba previsto para las 21 hora local, 00.00 GMT, pero hasta las 22.30 hora local (01.30 GMT del lunes) no se empezaron a difundir datos, sin ninguna explicación oficial, lo que creó una fuerte controversia en el abanico opositor, que exigió explicaciones por parte del Gobierno y la divulgación del recuento.
Con el 58,7 % de mesas escrutadas, Fernández obtuvo un 47,01 % de los sufragios, seguido por Macri, que cosechó el 32,66 % y Roberto Lavagna, con el 8,47 %, informó a la prensa el ministro del Interior, Rogelio Frigerio.
«Claramente estamos dejando todo por nuestro querido país. Duele que hoy no hayamos tenido todo el apoyo que esperábamos pero a partir de mañana todos somos más responsables de que este país salga adelante. Así que a dormir y a empezar a trabajar mañana a la mañana», dijo el mandatario ante sus seguidores.
Junto a él se encontraba parte de su equipo, entre ellos la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal -que opta a la reelección- y el alcalde de la capital, Horacio Rodríguez Larreta, quien ya había hablado al comienzo de la noche y que según trascendió fue el más votado en las primarias locales.
Macri remarcó que «hay que ir hacia el futuro» y «vivir en un sistema donde se fortalezca «aún mas la institucionalidad» y la «democracia».
«Trabajemos juntos para la elección de octubre, que es donde se ha de decidir tal vez los próximos 30 años de Argentina», consideró.
El presidente reconoció «el nivel de dificultades» que ha tenido el país «estos últimos», en clara referencia a la recesión económica desatada en el segundo trimestre del año pasado, por una abrupta devaluación del peso que desencadenó una fuerte inflación, una caída en el consumo y un aumento en los niveles de pobreza.
«Ha llevado a que haya mucha angustia, mucha duda, pero insisto: estoy acá para ayudarlos, estoy acá porque amo este país y creo en cada uno de ustedes y en lo que todos podemos hacer», enfatizó.
«Es muy importante que todos sigamos dialogando en este país y tratando de explicar al mundo qué es lo que queremos, porque aislados del mundo no tenemos futuro», remarcó.
Según concluyó, si no hay «un mensaje claro» para que los países puedan ayudar a Argentina «va a ser difícil» que se pueda «construir» ese país que todos quieren.
Por otro lado, el mandatario felicitó a Vidal -que gobierna la provincia más poblada del país, donde también este domingo se celebraron primarias a la Gobernación- por su «esfuerzo» y esperó que en octubre «los bonaerenses no se la pierdan».
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