El Gobierno de Paraguay desplazó más de un centenar de voluntarios al Pantanal, en el norte del país, para evitar que el fuego se extienda de nuevo por su territorio, ante la previsión de un cambio de dirección del viento que amenaza con propagar las conflagraciones forestales desde Brasil y Bolivia.
El fuego ha arrasado en la última semana 37.000 hectáreas de bosques en suelo paraguayo, distribuidas en dos grandes focos situados en Bahía Negra y en el Cerro Chovoreca (departamento de Alto Paraguay) que ya han sido contenidos.
La previsión de un cambio en la dirección del viento, que soplará durante el fin de semana hacia el sur, ha obligado al Consejo de Emergencia Nacional de Paraguay a activar este viernes un nuevo operativo de prevención de incendios.
«La idea es tener un equipo preposicionado para esperar los acontecimientos de este fin de semana, ya que podría haber cambios en los vientos y podría volver a adquirir fuerza algún tipo de incendio en el territorio paraguayo», explicó a los medios el jefe del Gabinete Civil de la Presidencia, Julio Ullón.
Además de la movilización de los voluntarios, también se han habilitado dos aviones y tres helicópteros, que a lo largo de la mañana de este viernes han realizado pruebas de carga de agua en la bahía de Asunción.
El Gobierno también prevé el envío de 10.000 litros de combustible al norte del país para asistir a los agricultores locales que trabajan con su propia maquinaria en la construcción de un cortafuegos de 50 kilómetros, próximo a la frontera de los tres países.
Hasta la zona afectada también se desplazará un equipo de técnicos forestales, biólogos y especialistas en fauna silvestre del Ministerio del Medio Ambiente para tomar medidas en caso de se reactive el incendio.
Tras la reunión del consejo, el titular de la Secretaría de Emergencia Nacional (SEN), Joaquín Roa, informó a los medios de que Paraguay ha ofrecido a Bolivia su colaboración para combatir el fuego en el territorio vecino.
Aunque Roa aclaró que «ningún material ni equipo militar va a traspasar la frontera» sí que ha puesto a disposición de Bolivia a los bomberos forestales y las máquinas civiles para ayudar en la contención del fuego.
El Senado decretó este jueves por unanimidad de todos los grupos el estado de emergencia ambiental en el Pantanal paraguayo como consecuencia del incendio.
Se trata de un ecosistema lodoso de 340.000 kilómetros cuadrados de extensión que abarca buena parte de la región occidental de Brasil y zonas aledañas de Paraguay y Bolivia.
Este gigantesco humedal alberga a 3.500 especies de plantas, 656 de aves, 325 de peces y 159 de mamíferos, además de decenas de reptiles y anfibios.
Los incendios forestales en Bolivia iniciaron hace al menos tres semanas y afectaron a la Chiquitania, una zona de transición entre la Amazonía y El Chaco boliviano en la región oriental de Santa Cruz, que se han ido extendiendo y agravando gradualmente.
Este hecho devastó más de 700.000 hectáreas de bosques y pastizales y afectó al menos a 1.817 familias de once municipios.
En el caso de Brasil, el Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales (INPE), que contabiliza los incendios mediante imágenes de satélite, ha informado que los focos de fuego en todo el país en lo que va de este año superan en un 83 % a los del mismo período de 2018.
La situación actual ha obligado al presidente brasileño, Jair Bolsonaro, a firmar este viernes un decreto mediante el cual autoriza el empleo de las Fuerzas Armadas en el combate a los fuegos.
La Amazonía, compartida por Brasil, Bolivia, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela, suma el 25 por ciento de la superficie del continente y es la mayor reserva forestal tropical del mundo. (EFE)