Las críticas al acuerdo de libre comercio alcanzado entre el Mercosur y la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA) se multiplican en Suiza y una coalición de grupos políticos y de la sociedad civil ya ha anunciado que se opondrá a su ratificación en el Parlamento.
Suiza forma parte junto a Noruega, Islandia y Liechtenstein del EFTA, un grupo de países considerado como el noveno actor comercial del mundo y que cada año importa del Mercosur por un valor de 3.000 millones de dólares.
Sin embargo, los incendios que están devastando la Amazonía de Brasil y el temor de los agricultores de ver el mercado suizo inundado de importaciones procedentes del bloque sudamericano (Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay) han avivado las críticas desde el anuncio del acuerdo, el pasado viernes.
«La deforestación y los incendios en la Amazonía, así como las violaciones de los derechos y las tierras de los pueblos autóctonos, en beneficio de la expansión agrícola, podrían agudizarse por este acuerdo», opinó hoy la Coalisión Mercosur.
Se trata de una amplia coalición que reúne a organizaciones que militan en favor de los países pobres, de los animales, de los agricultores locales y a una federación de consumidores.
«Las condiciones agrícolas y de crianza en Brasil son indefendibles porque allí se utilizan hormonas de crecimiento y productos fitosanitarios que están prohibidos desde hace mucho o que nunca se utilizaron en Suiza», denunció por su parte el presidente del Sindicato de Agricultores Suizos, Markus Ritter.
Asimismo, criticó que los contingentes de importaciones pactados para la carne bovina sean mucho más elevados que los concedidos por la Unión Europea al Mercosur, dos bloques que también han concluido un acuerdo de libre comercio.
Este último está siendo igualmente cuestionado por líderes políticos europeos a causa de los incendios en la Amazonía.
«El modelo de desarrollo que se promueve reposa en la exportación de carne y soja del Mercosur a los países de la EFTA, con lo que veremos más y más deforestación y la destrucción de la selva en favor de los monocultivos», opinó la representante de a ONG Alliance Sud, Isolda Agazzi.
Los actores políticos y económicos suizos todavía no conocen el contenido completo del acuerdo alcanzado, pero Agazzi enfatizó que la sociedad civil suiza espera que contenga un capítulo sobre desarrollo sostenible, conforme lo exige la Constitución del país.
No obstante, reconoció que aunque este capítulo existiese «siempre se trata del único que no puede ser objeto de sanciones en caso de incumplimiento».
El ministro suizo de Economía, Guy Parmelin, ha salido a defender en nombre del gobierno el pacto comercial con el Mercosur y ha intentando calmar la inquietud que ha suscitando asegurando que éste «no significa que abriremos de cualquier manera nuestras fronteras».
Las exportaciones suizas al Mercosur tienen una media de 7 % de aranceles, pero que en algunos casos pueden llegar hasta el 35 %.
«Si la UE obtiene reducciones de los aranceles, como será el caso puesto que han concluido un acuerdo similar, y nosotros no hacemos nada, tendremos un gran problema de competencia para la empresas pequeñas y medianas y riesgo de pérdida de empleos», dijo hoy Parmelin en una entrevista con la radio pública suiza.
No hay duda de que los más amenazados por las importaciones de gigantes agrícolas como Brasil y Argentina son los campesinos suizos, mientras que los sectores farmacéutico, de maquinarías y de servicios ven el acuerdo como una oportunidad para acceder a un mercado de 260 millones de personas.
Este argumento no es suficiente para una alianza de partidos de izquierda y ecologistas que se ha formado en el Parlamento con el fin manifiesto de frenar la ratificación del acuerdo.
De acuerdo al cronograma comunicado por el Gobierno suizo, la firma del acuerdo tendrá lugar entre finales de este año y principios del próximo, para ser elevado al Legislativo más adelante en 2020 y que al año siguiente entre en vigor.
En caso de que el voto opositor no sea suficiente para bloquear el acuerdo en el Parlamento, el Partido Verde ha avanzado que pondrá en marcha el procedimiento para que éste sea sometido a referéndum y sea el pueblo el que tenga la voz final.
Los referéndum son regulares en Suiza y su resultado es de cumplimiento obligatorio por parte de las autoridades. (EFE)
Comentarios