Las ganas de nuevas experiencias, de abrirse al mundo, conocer países, llegar a un club histórico y buscar nuevos desafíos se reunieron en el futbolista español Xisco Jiménez para concretar su fichaje por el Peñarol uruguayo.
El futbolista de 33 años proveniente del Osasuna fue la sorpresa del periodo de pases en el fútbol uruguayo, ya que no es común que futbolistas europeos arriben a esta liga.
De hecho, este desafío emprendido por el mallorquín es tan inusual que el último europeo en jugar en el Peñarol fue el yugoslavo Ilija Petkovic, en 1971, hace casi medio siglo.
Jiménez arribó este miércoles a Uruguay para concretar su vínculo con el club aurinegro, al menos, hasta diciembre cuando finalizará el Torneo Clausura del fútbol uruguayo.
Pese a las diferencias de nivel entre el fútbol español y el uruguayo por las canchas en mal estado, la menor infraestructura y un fútbol aguerrido, Jiménez llega «muy contento» e ilusionado con esta experiencia diferente.
«Lo primero que te dicen es ‘mira que aquí es totalmente diferente a lo que vienes conociendo en los últimos años’. Como he dicho antes, creo que prevalece más el hecho de que un equipo como Peñarol se haya interesado en mi», destacó.
A pesar de recién arribar al país, el español deberá acelerar su puesta a punto debido a que el equipo uruguayo urge de goles, victorias y de ser campeón nuevamente.
«Sé que vengo a un grandísimo club no solo a nivel nacional sino muy conocido a nivel internacional, que además ha sido elegido el mejor club sudamericano del siglo XX; entonces la verdad que es un orgullo el poder estar aquí», expresó.
El centrodelantero, formado en las inferiores del Club de Fútbol Playas de Calviá, debutó en 2005 con el primer equipo del Deportivo de La Coruña frente a la Real Sociedad.
A partir de allí, Jiménez pasó por varios equipos como el UD Vecindario en Segunda División, el Newcastle inglés -donde tuvo poca participación-, el Racing de Santander, el Mallorca, el Muangthong United tailandés y el Osasuna.
En su pasaje por el club tailandés, el futbolista logró el campeonato de primera división y la copa de la liga, anotando 5 goles en 8 partidos.
La sorpresiva llegada a Uruguay de este delantero, desconocido para la gran mayoría de los aficionados locales, se da en el marco de la necesidad del Peñarol por contar con goles en su equipo.
Tres de sus principales delanteros, Gabriel Fernández, Darwin Núñez y Brian Rodríguez, emigraron al Celta de Vigo, el Almería español y Los Angeles FC de Estados Unidos, respectivamente.
La ausencia goleadora se vio reflejada en los resultados, ya que el Peñarol, que fue campeón del Torneo Apertura, perdió el liderazgo de la Tabla Anual acumulada, no pudo obtener el Torneo Intermedio y, lo más duro de todo, fue goleado en el Clásico por su tradicional rival, el Nacional por 3-0.
Ahora, en los pies europeos de Jiménez estará la responsabilidad de devolverle el grito de gol a los fanáticos del Peñarol y retomar la confianza para soñar con obtener el campeonato uruguayo por tercer año consecutivo.
El futbolista, que no tuvo un paso relevante en sus dos años en el Osasuna y fue dejado en libertad al final de la temporada tras conseguir el ascenso a Primera División, se definió a sí mismo como un «nueve de los de toda la vida» y confía en poder rendir en Uruguay.
El juego aéreo de Jiménez, su posibilidad de aguantar de espaldas el balón y su adaptación a varios sistemas de juego despiertan la expectativa de los uruguayos ya que tiene un juego fácilmente adaptable al fútbol local.
La pierna fuerte y la intensidad en la marca típica de la «garra charrúa» no asustan a Jiménez, que ya dio un aviso a la prensa que lo esperó en el aeropuerto internacional de Carrasco: «Yo tengo planta también».
«Es un orgullo el poder estar aquí, tener esta bonita oportunidad para abrir un poquito el mundo, vivir una experiencia nueva y ayudar en todo lo posible a conseguir los objetivos del club», concluyó.
Esta nueva aventura de Jiménez en Uruguay, que despertó la incertidumbre en fanáticos e incluso directivos del Peñarol desconcertados por el arribo del europeo, deberá confirmarse en el campo de juego, donde se sabrá si el desafío abrirá las puertas al retorno victorioso de europeos en Uruguay o las cerrará por otros cuarenta años.
Federico Anfitti