La Plaza Independencia de Montevideo ha sido tomada por un helicóptero, efectos de pirotecnia y seis tanques de guerra con motivo de la grabación de diversas escenas para la próxima serie de Netflix llamada «Conquest», cuya filmación acaba este lunes.
Producida por el actor estadounidense Keanu Reves, la plaza Independencia ha sido protagonista de «Conquest» ya que ha contado con un gran despliegue de extras e incluso de militares uruguayos.
En un comunicado oficial, el Ministerio de Defensa Nacional informó a la población que entre el 14 y el 16 de septiembre se movilizarían vehículos militares en las calles de Montevideo como parte de la filmación de la serie de Netflix.
Celeste Pérez, una vecina uruguaya que vive en plaza Independencia, aseguró a Efe que fue «muy interesante» la propuesta de que estén filmando en Uruguay y reconoce que ha sido un trabajo «muy intenso para toda la gente».
Han trabajado 1.000 personas aproximadamente en todo el rodaje y 450 extras, según comentó una de las fuentes de la productora local Salado a Efe.
«Hay gente contratada externa con lo que no estoy segura, lo que se dice acá es que somos alrededor de mil».
Esta serie de ficción, cuya trama es desconocida, será de carácter futurista y no usará ninguna localización que se encuentre fuera de Montevideo.
Si bien el rodaje en la plaza Independencia culmina este lunes, el proyecto continuará durante el martes con la filmación de escenas en el Palacio Salvo, ubicado frente a la misma plaza, y una casa antigua en el barrio Ciudad Vieja el miércoles.
Quince días antes del inicio de la filmación se produjo la extracción de arbustos, actividades nocturnas de pintura en la calle de circunvalación de la plaza Independencia y corte de tránsito o el inicio del vallado perimetral, entre otros.
En la plaza de Independencia usaron la técnica croma para tapar el monumento de José Artigas y las palmeras pero en el resto de localizaciones no hicieron falta.
«Hicieron cambios muy normales como pintar y amueblar, sencillas», confesó una de las fuentes de Salado.
Todos los comercios de la zona quedaron cerrados, además del tránsito vehicular y el peatonal, pudiendo acceder solo a zonas restringidas los que vivieran o trabajaran en la plaza.
«Nosotros que vivimos acá teníamos que respetar los tiempos de ellos para salir si había alguna escena que implicaba que no podía andar nadie o estar en silencio absoluto, teníamos que tomar los tiempos de ellos para poder retirarnos», concluyó Celeste.
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