En un clima dominado por la paridad en las encuestas, con el oficialismo en plena renovación de líderes y una oposición fragmentada pero con opciones de desbancar al Gobierno después de tres mandatos consecutivos, da inicio el último mes previo a las elecciones presidenciales del 27 de octubre en Uruguay.
El Frente Amplio (FA), coalición de izquierdas que lleva gobernando Uruguay desde 2005, tendrá en esta instancia uno de los desafíos más difíciles de los últimos tiempos para recuperar los votos que parece haber perdido.
Algunos lo atribuyen al desgaste por 15 años de gobierno, otros a los errores cometidos, el alto coste de vida y el aumento de la inseguridad mientras que otros opinan que se debe a la oleada de derecha que predomina en el continente.
Lo cierto es que a un mes de los comicios el FA afronta el riesgo de perder el poder.
Las encuestas dan al candidato por el FA, Daniel Martínez, como primero, pero seguido muy de cerca por su adversario Luis Lacalle Pou, del Partido Nacional (PN).
La consultora que da mayor probabilidad a Martínez es Radar, que situó al candidato de izquierda en un 40 % y a Lacalle Pou con un 22,4 % mientras que la que propone una elección más reñida es Cifra, que sitúa al oficialista con 33 % y al opositor con 28 %.
Pese a que todos los registros colocan a Martínez por encima del resto de los competidores, se prevé que la oposición forme una coalición para superar en votos al exintendente de Montevideo y así dar la Presidencia a Lacalle Pou.
Todo indica que en primera vuelta no habrá un presidente que releve al actual, Tabaré Vázquez, pues se necesita más del 50 % de votos para ganar, pero los comicios de octubre serán claves para saber cómo se conformará el Parlamento.
De momento, ningún partido conseguiría la mayoría parlamentaria y eso implicaría para el FA, si alcanza un cuarto mandato, ser gobierno sin mayorías por primera vez en su historia.
La actualidad política uruguaya ha tenido varias novedades respecto a su devenir histórico, principalmente por el surgimiento de Cabildo Abierto, que tiene como candidato al excomandante en jefe del Ejército Guido Manini Ríos.
Este partido ha estado en el centro de la polémica por captar la atención de personas vinculadas a la ultraderecha y el neonazismo e incluso se le acusó de tener entre sus filas a exmilitares que ejercieron la tortura y la desaparición forzosa de detenidos durante la dictadura cívico-militar del país (1973-1985).
Manini Ríos deberá declarar ante la Justicia el 3 de octubre en el marco de la investigación por los fallos del Tribunal de Honor del Ejército, en los que el exmilitar José Gavazzo confesó su implicación en la muerte del guerrillero Roberto Gomensoro en 1973.
Otra de las sorpresas electorales la dio el candidato por el histórico Partido Colorado (PC), Ernesto Talvi, que venció en las elecciones internas de junio al expresidente Julio María Sanguinetti (1985-1990 y 1995-2000).
Si bien tras este hecho todo parecía indicar que el PC, que gobernó Uruguay en gran parte del siglo XX, resurgía y podía aspirar a más en la contienda electoral, las últimas encuestas ubican a Talvi muy por debajo de los principales competidores.
El oficialismo, en tanto, salió a la cancha en los últimos días con la mira puesta en recuperar el tiempo perdido y conquistar a aquellos que podrían optar por otro candidato.
Por ello, la vieja guardia del FA, que tiene como líderes a Vázquez, el ministro de Economía, Danilo Astori, y el expresidente José Mujica (2010-2015) ha dado la cara por la gestión del Gobierno en sus tres periodos y defendiendo los avances en economía y derechos adquiridos.
Vázquez atravesó momentos duros en los últimos meses, en los que tuvo que lidiar con dos situaciones traumáticas: el fallecimiento de su esposa, María Auxiliadora Delgado, y la confirmación de que sufre un cáncer pulmonar.
Pese a ello, el mandatario se ha mostrado resistente, mantiene sus labores al frente del Ejecutivo y aspira a poder culminar sin problemas su segunda gestión (2005-2010 y 2015-2020).
El periodista y politólogo Alfonso Lessa comenta a Efe que hay una tendencia que se mantiene desde hace ya meses, en la que la oposición «le sigue sacando una diferencia importante al oficialismo» cuando actúa en conjunto.
Además de la sorpresa de Cabildo Abierto, Lessa destaca el hecho de que habrá un Parlamento «más fragmentado» con una cantidad de partidos representados «como nunca antes hubo».
Sobre la candidatura de Martínez, considera que tiene «un desempeño más flojo de lo esperado» y no cuenta con el liderazgo que supieron mostrar Vázquez o Mujica.
Sin embargo, enfatiza que en este mes restante de campaña «pueden pasar muchas cosas» y nada está cerrado.
Uno de los momentos clave para esta primera vuelta electoral sucederá el martes 1, cuando Martínez y Lacalle Pou se midan cara a cara en un debate que se transmitirá por cadena nacional.
Allí los dos principales candidatos al sillón presidencial intentarán aprovechar una de sus últimas oportunidades para convencer a los uruguayos de que tienen lo necesario para dirigir el país hasta 2025.
Federico Anfitti (EFE)