Por Elio García
Al departamento de Colonia le corresponderían cuatro bancas a diputados en las próximas elecciones legislativas . Tres de ellas están seguras y la cuarta surgiría por restos de votos de otros departamentos.
Estamos hablando de Colonia, un territorio que suele presentarse como un modelo productivo dinamizador interesante y «distinto» a otros departamentos. Pero la realidad hoy indicaría otra cosa, a veces todo es más complejo y no deja de sorprender.
El departamento atraviesa por diversas problemáticas donde uno esperaba de los actores políticos otra actitud en campaña. En materia productiva a los colonienses siempre nos gustó esa construcción del relato de un lugar de inmigrantes, con una impronta europea y una cultura del trabajo.
En ese sentido los desafíos políticos son enormes. La situación de la Argentina, el problema de la industria láctea, las nuevas políticas de forestación, la situación de enclaves obreros hoy prácticamente diezmados nos moviliza a pensar que la verdad es mucho más compleja y el futuro incierto.
Gran parte de los temas nacionales críticos han tocado el departamento de Colonia bajo la más absoluta indiferencia política local.
Por ejemplo el escándalo de ASSE y la seguridad en las fronteras son dos temas que generaron ríspidas tensiones, en todos lados, menos en el departamento de Colonia. Acá desde Carámbula para donde se mire todos se llamaron a silencio.
Los casos del Hospital de Colonia y el Hospital Artigas de Carmelo, los radares que la Armada Nacional iba a colocar en nuestras costas son ejemplos de silencios incómodos tanto en el oficialismo como en la oposición, con algunas excepciones.
De los temas importantes nadie habla. Hay un vacío del discurso político bastante extraño. Incluso hay una tendencia hacia la banalización de los temas, principalmente en las redes sociales, donde abunda la pavada y la mediocridad, sin destacar además la falta de respeto e incluso actitudes demenciales en gente con cargos oficiales de enorme trascendencia comunitaria.
¿Por qué no se habla de los temas departamentales? y ¿qué sucede con los actores políticos y su silencio?.
No tengo una respuesta, si asombro.
Cuando uno plantea en diferentes ámbitos estas inquietudes casi la gran mayoría dice que no hay interés por estos temas en la gente. No hay clima para hablar de política advierten.
Más allá de un problema cuantitativo lo podríamos observar desde una perspectiva cualitativa, porque tarde o temprano la realidad saltará. La verdad siempre explota.
¿Cómo vamos a sostener la industria departamental del turismo?, ¿qué sucederá con los casos investigados en nuestra Salud Pública, algunos de ellos verdaderamente escandalosos? ¿Cuánto tiempo se puede sostener los problemas vinculados a nuestras costas y cómo trabajaremos en monitorear los temas medioambientales?
El silencio no debe ser un obstáculo para la imaginación en abordar estas realidades a las que la política está intentando escapar de ellas.
En ese escape de los temas importantes uno debería esperar una fuga de votos.
Pero incluso en ese escenario seguirá vigente la pregunta: ¿qué hacer?
Comentarios